El siniestro del helicóptero que costó la vida a 17 militares en
Afganistán el pasado agosto se debió a un accidente, según el
segundo informe de la comisión de investigación, presentado ayer
por el ministro de Defensa, José Bono.
Este informe, denominado preliminar, descarta que el Cougar
siniestrado se precipitara contra el suelo por un derribo por
ataque externo o que sufriera una colisión en vuelo con otro
aparato, e insiste en la hipótesis del accidente.
Bono adelantó que aún se siguen investigando las causas del
siniestro, que se presentarán en un tercer y definitivo informe,
que estará concluido a principios del próximo mes de octubre.
«En este momento de la investigación se puede afirmar que el
motivo del siniestro fue a consecuencia de un accidente cuyas
causas están en proceso de investigación», destacó Bono. Asimismo,
subrayó que queda descartada la hipótesis del posible derribo por
ataque externo, por impacto o por explosión de munición procedente
del armamento a bordo del propio aparato. Los expertos de la
Comisión de Investigación sacan estas conclusiones tras examinar
las declaraciones de testigos del pueblo cercano, de los
tripulantes del otro helicóptero, de los certificados de las
autopsias, así como del estudio de los restos del helicóptero por
expertos de la Guardia Civil realizado en el acuartelamiento aéreo
de la Maestranza en Madrid.
El informe señala que el tipo de vuelo estaba calificado como de
riesgo elevado, por la gran velocidad, baja altura y la necesidad
de adaptarse al terreno para evitar la amenaza existente en la
zona, a lo que se unía una orografía con grandes altitudes y
fuertes vientos.
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