El presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, a su llegada ayer al Congreso de los Diputados.

TW
0

La toma en consideración de la reforma del Estatuto valenciano se aprobó con 306 votos a favor (los de PSOE, PP, CiU, PNV, CC, Eusko Alkartasuna y Nafarroa Bai), 13 abstenciones (ERC, BNG y CHA) y los 4 votos en contra de IU-ICV. El debate, que se prolongó durante más de seis horas, osciló permanentemente entre las referencias a aspectos concretos del texto (la «cláusula Camps», los derechos sobre el agua, la denominación del idioma o la barrera del 5 por ciento para obtener representación parlamentaria) y la fijación de posiciones en el debate más general de las reformas estatutarias que se avecinan.

El portavoz del PP en la Comisión Constitucional y en el debate de hoy, Federico Trillo, elogió ayer el consenso de los dos grandes partidos para esta reforma e instó al Gobierno a asumir el compromiso de que las demás que se aborden en el futuro sólo se acometan a partir de ahora con este grado de acuerdo en el Congreso. Por parte del PSOE, su portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó que «algunos» puntos de la propuesta plantean «dudas» e invitó al PP a pactar las enmiendas con el fin de «respetar» el «consenso básico» con que se aprobó el texto.

En su intervención en nombre del Gobierno, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, reiteró que la Constitución como «marco infranqueable y firme» en el proceso de reformas estatutarias y admitió la importancia del debate de hoy «por razones intrínsecas y extrínsecas». Respecto al texto enviado por las Cortes Valencianas opinó que cumple los tres requisitos que exige el Ejecutivo, ya que «respeta los límites constitucionales», llega «arropado por un amplísimo consenso» y «responde al interés general de los ciudadanos».

Respecto a los criterios que su partido defenderá en la tramitación de los nuevos estatutos de autonomía añadió que su partido respetará el consenso con que estos se aprueben en las distintas CCAA aunque el PP no forme parte de él. Precisamente la posibilidad de que se pretenda usar este texto como modelo de futuras reformas centró las críticas de las formaciones nacionalistas.