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Representantes de los cinco grupos parlamentarios pactaron ayer celebrar cada día laborable, hasta el próximo lunes, reuniones preparatorias del pleno del Estatut, para tratar de reducir al máximo el número de desacuerdos y enmiendas que se debatirán en la sesión plenaria de los próximos días 28, 29 y 30. Cerca de tres horas estuvieron reunidos ayer en el Parlament los representantes de cada partido que han protagonizado la redacción del proyecto estatutario, un encuentro en el que analizaron 119 de las cerca de 500 enmiendas que quedan aún pendientes, algunas de las cuales han sido retiradas y en otras ha sido pactada una transacción.

El gobierno de la Generalitat manifestó ayer su confianza en que, pese a que las diferencias entre los partidos catalanes siguen presentes, se alcance un acuerdo sobre el nuevo Estatut antes del día 30 de este mes. Al mismo tiempo, los ministros del PSOE no han cejado en sus críticas y advertencias sobre el nuevo Estatut, y el titular de Defensa, José Bono, ha insistido en su rechazo a que Catalunya se defina como una nación en el nuevo Estatut, y ha dicho que «una nación que jurídicamente no es Estado ni aspira a serlo, ni es nación ni es nada, queda para la poesía».

Para hoy, mañana y el próximo lunes están previstas más reuniones de este tipo, por la mañana y por la tarde, que se sumarán a otros encuentros más «discretos» que mantienen paralelamente los partidos con el fin de explorar posibles vías de acuerdo sobre el Estatut. En los encuentros de ayer no se lograron salvar las diferencias sobre los temas de financiación y derechos históricos.

El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, se ha alineado con Bono y ha recordado que la Constitución es el «límite infranqueable» para la modificación de los estatutos de autonomía. Mientras, el ministro de Interior, José Antonio Alonso, se ha mostrado «moderadamente optimista» sobre la reforma, aunque ha advertido de que «habrá que discutir mucho y perfilarlo bien».