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El portavoz de CiU en el Parlament, Felip Puig, reiteró ayer que la federación sólo aceptará el concierto económico «a la catalana» como próximo modelo de financiación, y aseguró que el presidente de la Generalitat y del PSC, Pasqual Maragall, «se está viendo boicoteado por el aparato de su partido» en la negociación, sobre la que «ya habría acuerdo» si no fuera por este boicot.

Puig reveló que Maragall y el líder de CiU, Artur Mas, tuvieron un «contacto» este viernes, antes de que el presidente de la Generalitat se reuniera separadamente, por la noche, con los líderes de ERC (Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós) y de ICV (Joan Saura).

Mas le reiteró su apuesta por el modelo convergente, «sin ninguna posibilidad de transacción o de punto intermedio con el modelo presentado por el tripartito», explicó Puig. «No hay acuerdo posible si no se acepta el sistema de financiación de CiU», dijo, y añadió que «o se acepta este modelo o no habrá Estatut».

El portavoz de la federación lo apuntó «sin ánimo de que suene a ultimátum» o «amenaza» y constató su «predisposición a buscar el acuerdo» aunque «no habrá acuerdo si no se basa en el modelo de financiación de CiU». El acuerdo «cuelga hoy de un hilo más fino» por culpa del «aparato» socialista, advirtió.