El 'seny' catalán se puso ayer de manifiesto tras la reunión que el
president de la Generalitat, Pasqual Maragall, mantuvo con los
líderes de los partidos políticos catalanes en el Palau de la
Generalitat. El presidente de CiU, Artur Mas, en consonancia con
«el gesto» que anunció que tendría en la cumbre de líderes, aceptó
reformular la propuesta de financiación de su partido, incluyendo
retoques que permitan un acuerdo con el tripartito. Además, en ese
encuentro, Maragall se comprometió ante los líderes de PSC, ERC,
ICV-EA, CiU y PP a «no usar la facultad de disolver el Parlament» y
convocar elecciones anticipadas antes de que el proyecto de reforma
del Estatut haya superado su trámite en las Cortes Generales,
independientemente de si es aprobado o no.
La reunión comenzó apenas una hora y media antes de que se
iniciase el Pleno parlamentario en el que se debate la reforma
estatutaria. Mientras los líderes de las fuerzas políticas
catalanas se encontraban reunidos, el portavoz del Gobierno
tripartito, Joaquim Nadal, se mostró confiado en que «el gesto»
anunciado por Mas la noche anterior pusiese fin a «la actitud
intransigente» de la federación nacionalista, pero dio por hecho
que la concreción de un hipotético acuerdo en materia de
financiación no se realizará hasta hoy por la noche o mañana por la
mañana, cuando debe votarse la totalidad del proyecto.
Aunque se notó cierta tensión implícita entre Maragall y Mas a
la salida del encuentro, quizá motivada por la polémica de los
últimos días en torno a si el president aceptó o no el sistema
propuesto por los convergentes en una de sus reuniones privadas con
el líder de CiU, el presidente de la federación nacionalista aceptó
dar un nuevo paso hacia el consenso. Así, CiU aceptó presentar «una
adaptación» de su última propuesta financiera, recogiendo
expresiones del tripartito para que éste pueda asumirla, pero «sin
desnaturalizar o agrietar el modelo» de concierto económico
solidario.
Mas se compromete a «ajustar» su última propuesta para lograr un
acuerdo pero pide que no se obligue a la federación a votar 'no'.
De la reunión salió también otro compromiso. El president de la
Generalitat prometió a los cinco líderes políticos que no convocará
elecciones anticipadas en Cataluña pase lo que pase con el Estatut,
tanto en las Cortes Generales como en el Parlament, donde podría
rechazarse si sufriera recortes importantes en Madrid.
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