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Las asperezas vuelven a rodear al término 'nación' una vez más después de que el Parlament aprobara esta definición para Catalunya, recogida en el Título Preliminar del nuevo Estatut. Las declaraciones más catastrofistas las realizó el presidente del PP, Mariano Rajoy, asegurando que el Estatut que se debate en el Parlament supone «una ruptura de la Constitución de 1978» y del «espíritu de la Transición». Mientras, dos influyentes barones del PSOE, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono, presidente de Extremadura y ministro de Defensa, respectivamente, hicieron ayer una llamada a la calma asegurando que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no aceptará ningún planteamiento del Estatut que sea inconstitucional y jamás permitirá que Catalunya sea una nación.

Lo aprobado el miércoles en Catalunya demuestra, según Rajoy, que él tenía razón y que se están rompiendo los acuerdos que los españoles aceptaron en 1978 y que así lo demuestran los radicales que hablan de la llegada de una Segunda Transición. Así, denunció que el Parlament está tomando decisiones que corresponden a todos los españoles, tras lo que dijo confiar «en el buen sentido de muchos diputados del PSOE para que eviten que una cosa de estas características, letal para Catalunya y letal para España, pueda culminarse en el futuro en las Cortes».