El PSC, CiU y ERC coincidieron ayer en señalar la financiación, y
no el término «nación», como el escollo principal a salvar en la
tramitación parlamentaria del Estatut catalán y en criticar al PP
por su oposición a un texto que, según el presidente de la
Generalitat, Pasqual Maragall, ya «camina solo».
Asimismo, y tras la admisión ayer a trámite del proyecto por
parte del Congreso, el PP ha insistido en sus críticas al
presidente del Gobierno, mientras que CiU ha advertido que retirará
su apoyo al Estatut si se «desnaturaliza» en cuestiones de
financiación e identitarias.
El ministro de Industria y primer secretario del PSC, José
Montilla, ha augurado que el capítulo sobre financiación será el
escollo «más difícil y complejo» de negociar en las Cortes, por
delante de los temas identitarios.
En la misma línea, el secretario general de ERC, Joan
Puigcercós, ha considerado que el modelo de financiación será el
principal «escollo» y ha situado «la línea roja» del Estatuto en
esta cuestión, y no en reemplazar el término «nación» por el de
«identidad nacional» propuesto por Zapatero. El presidente de CiU,
Artur Mas, advirtió al PSOE que si se «desnaturaliza» el modelo de
financiación, el proyecto de Estatut no contará con el apoyo de la
federación nacionalista y «fracasará».
Por su parte, el presidente catalán, Pasqual Maragall, ha
asegurado que «ahora el Estatut ya camina solo» y el conseller Joan
Saura ha dicho que su toma en consideración supone «un paso
irreversible y de no retorno» para aprobar el texto, a la vez que
ha pedido al PP que «deje de alimentar el anticatalanismo». El
Ejecutivo tripartito catalán advierte que prefiere que la reforma
conserve las competencias y la financiación previstas antes que la
definición de Catalunya como nación.
El portavoz de ERC en el Parlament, Joan Ridao, ha trasladado al
PSOE la voluntad de su partido de que el texto sea negociado en el
Congreso «a cuatro» y no con «contactos bilaterales».
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, se ha preguntado por qué el
Congreso ha tomado en consideración la reforma del Estatut catalán
y, por el contrario, rechaza hacerlo con la propuesta de reforma de
Euskadi aprobada por el Parlamento Vasco.
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