El PP continúa su campaña de acoso y derribo a la reforma del
Estatut a pesar de su admisión a trámite en el Congreso. El
portavoz en esa Cámara, Eduardo Zaplana, tachó de «cobardes» a
«muchos dirigentes del PSOE» por no atreverse a romper la unidad de
partido y oponerse a la tramitación. Pero el PP está solo en este
viaje, como evidenció la votación en el Congreso.
Los populares se han trasladado a Barcelona para la XI reunión
de la interparlamentaria del partido y desde allí se ha mantenido
el discurso en contra de la reforma del Estatut catalán. El
discurso del PP está claro: críticas al Gobierno y al PSOE por
permitir la admisión a trámite del proyecto. Zaplana fue muy
crítico con los socialistas por su «cobardía». «Sólo se puede
llamar cobarde a una actitud que hace que digan una cosa y después
hagan la contraria».
Zaplana no dudó en acusar al presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, de «no conocer bien la etapa de la Transición»,
de «enfrentar a los ciudadanos españoles unos contra otros con
ideas y debates inventados» por «una decisión personal del jefe del
Ejecutivo, y de concretar «un camino sin retorno». «A lo mejor en
el PSOE se han aburrido de la defensa de la libertad, pero nosotros
no», dijo, y por eso se mostró convencido de que «cada vez se van a
acercar a nosotros más votantes del PSOE». Àngel Acebes, secretario
general del PP, llegó a decir que su partido está delante del PSOE
en las encuestas.
El PP tampoco desvela por el momento qué hará en el trámite en
el Congreso, si presentará una enmienda a la totalidad, si serán
enmiendas parciales o si ni siquiera se sumará al proceso. Zaplana
aseguró que esta cuestión no es la importante. Acebes aseguró que
aprobar el texto tras someterlo a través de una sesión de
«maquillaje» por medio de enmiendas será «un semillero de
conflictos». Será el presidente del PP, Mariano Rajoy, quien
desvelará hoy la estrategia del PP a partir de ahora.
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