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AGENCIAS-MADRID/LAS PALMAS
El presidente del PP, Mariano Rajoy, lanzó ayer un duro ataque al presidente del Gobierno en un mitin de su partido en Mogán (Gran Canaria), señalando que el jefe del Ejecutivo es «una bendición para los radicales y una cruz para las personas normales». Rajoy manifestó la voluntad de su partido de volver al pacto antiterrorista suscrito en la anterior legislatura entre el PP y el PSOE -de cuya ruptura responsabilizó a Rodríguez Zapatero-, ya que, a su juicio, evitaría «que ETA marque la agenda política». El líder del PP declaró que ETA recibe regalos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desde que el PSOE gobierna.

Por su parte, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, afirmó ayer que «ETA sabe cual es su destino, el abandono de las armas», añadió que «no hay otro camino» y precisó que «todas las demás interpretaciones, vengan de donde vengan, caerán en saco roto».

Insistió Mariano Rajoy en que el Gobierno rompió el Pacto Antiterrorista y «hoy ETA está en el Parlamento vasco, hoy Batasuna actúa como un partido normal, hoy estamos haciendo el ridículo a nivel internacional porque nadie entienden que el líder de una organización política, que es una organización terrorista, convoque manifestaciones, dé ruedas de prensa y escriba libros donde se elogia al presidente del Gobierno.

El secretario de Estado también fue preguntado ayer por las declaraciones efectuadas el miércoles por el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, en las que dijo que el Gobierno está «suplicando permanentemente» a los terroristas que adopten alguna iniciativa. Según Moraleda, el PP confunde su labor de oposición y desgaste del Gobierno, «que es su obligación», con una actitud de «desgaste de las instituciones, que son de todos».

«Cuando se utiliza la lucha antiterrorista como medio de desgaste del Gobierno se están desgastando las instituciones», insistió Moraleda. El secretario de Estado recordó que hace más de dos años que ETA no comete asesinatos y dijo que si al Ejecutivo «no le cuesta ningún trabajo felicitarse de que en medio año de Gobierno de Aznar no se produjera ninguna muerte, la pregunta es por qué les cuesta tanto trabajo en felicitarse también porque en año y medio después no se haya producido ninguna muerte».