La Nueva Àrea Terminal (NAT) del aeropuerto de Barajas comenzó a
funcionar ayer entre el caos y la indignación pese a que Iberia
destacó que fue «sin incidencias ni retrasos destacables», según
Iberia. Lo cierto es que decenas de viajeros presentaron
reclamaciones tras perder vuelos al no poder facturar a tiempo.
La T-4 se estrenó con el despegue a las 05,30 horas de un Airbus
320 de Iberia con destino a Barcelona. Durante la jornada la nueva
terminal operó «con normalidad» los 650 despegues y aterrizajes
previstos, según Iberia.
No obstante, decenas de pasajeros presentaron reclamaciones al
haber perdido su vuelo tras esperar entre una y tres horas en los
mostradores de facturación, en los que cuando eran atendidos les
informaban de que ya era tarde para hacerlo. Otros viajeros se
quejaban del tiempo que habían tardado en recuperar sus maletas, o
de los autobuses que conectan las terminales «que iban llenos y no
podían recoger a todos los pasajeros que estaban esperando», lo que
provocó que muchos llegasen a la T-4 más tarde de lo previsto.
Sobre estas críticas, la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez,
dijo que su puesta en marcha fue «razonablemente bien».
La T-4 también acogió la protesta de los sindicatos minoritarios
de tierra de Iberia, que se manifestaron por las instalaciones en
el marco de la huelga de 24 horas convocada contra el Plan Director
de la compañía.
Iberia celebró la puesta en marcha de las nuevas instalaciones
con numerosas actuaciones de músicos, cantantes, actores y
equilibristas. También conmemoró el 60 aniversario del primer vuelo
de la compañía a Latinoamérica con el «bautizo» del vuelo que
partió hacia Buenos Aires (Argentina), que justo antes de despegar
pasó por debajo de un arco de agua.
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