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El presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, advirtió ayer a Batasuna de que supone un «sin sentido» reclamar que los presos de ETA sean «un agente político» en el proceso de paz y las víctimas no, y aclaró que la formación 'jeltzale' no está dispuesta a aceptar esta exigencia.

Además, aseguró que la formación 'jeltzale' siempre ha mantenido «una posición clara de defensa de los derechos humanos y hace ya muchos años» que reivindica el acercamiento de presos a lugares cercanos a sus domicilios.

Asimismo, Imaz aseguró que su partido seguirá pidiendo el acercamiento de los reclusos a cárceles cercanas a sus lugares de origen, a pesar de que Batasuna «proteste» cuando lo hace, por lo que la acusa de «partidismo exacerbado».

El dirigente nacionalista se mostró satisfecho con el transcurso de los contactos bilaterales mantenidos entre los partidos vascos, aunque consideró «conveniente» superar el «escenario de reuniones bilaterales entre partidos» y pasar a «algo más» en un horizonte corto de tiempo.

Por otra parte, deseó que la ilegalización de la formación que lidera Arnaldo Otegi esté «superada» antes de constituirse el foro y que no suponga «un obstáculo real».

Imaz dijo no tener constancia de que, tal como Batasuna denuncia, el Gobierno esté intentando condicionar el proceso de paz utilizando al colectivo de presos, y confesó no entender las últimas críticas de la formación ilegalizada al PNV precisamente por reivindicar el acercamiento de los reclusos.

También precisó Imaz que no pretende equiparar «el papel de una víctima con el de una persona que está cumpliendo una pena por el atentado que haya podido cometer contra ella», y aseguró que no se puede negar un papel a las víctimas en el proceso de paz y reclamarlo en cambio para los reclusos de la banda armada.