Los manifestantes independentistas se enfrentaron ayer a la Ertzaintza en el barrio viejo de San Sebastián. Foto: VINCENT WEST/REUTERS

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OTR/PRESS-SAN SEBASTIÀN

Un total de cinco personas fueron detenidas ayer cuando participaban en una marcha ilegal en favor de los presos de ETA, que tuvo lugar en San Sebastián y que reunió a centenares de simpatizantes de la izquierda abertzale. El ambiente de la manifestación se caldeó cuando apareció la Ertzaintza y los allí presentes comenzaron a lanzarles objetos tales como sillas o contenedores, lo que terminó en una batalla campal entre agentes y manifestantes, que se alargaron hasta pasadas las 15.00 horas. Dichos disturbios se saldaron con el ingreso en un hospital de un hombre de 50 años, además de otras siete personas que tuvieron que ser atendidas en el lugar del sucesos, todos ellos sufrieron pelotazos de la policía autonómica.

Alrededor de las 13.45 horas, varios centenares de personas comenzaron a desfilar por la parte peatonal del Boulevard donostiarra, en sentido contrario al anunciado inicialmente por el 'Movimiento pro Amnistía', organizador de esta manifestación que fue prohibida por el Departamento vasco de Interior. Por este motivo se había desplazado al lugar un centenar de agentes de la Ertzaintza, ante la posibilidad de problemas.

Desde un principio, y al tratarse de una manifestación ilegal, la policía vasca impidió que los participantes avanzasen por las calles de San Sebastián, lo que provocó que los simpatizantes de la izquierda abertzale comenzaran a lanzar objetos del mobiliario urbano, así como sillas que iban encontrando en su camino. Ante esta situación, una vez que los marchantes llegaron a la plaza Sarriegui, la Ertzaintza comenzó a cargar contra los presentes, lo que propició que muchos de ellos se dispersaran por la parte vieja de la ciudad mientras proferían gritos de «presoak kalera» («los presos a la calle»), «PNV español», «vosotros fascistas sois los terroristas» o Txakurrak («perros»), dirigidos contra los agentes.

El Boulevard donostiarra permaneció cortado al público mientras miles de personas paseaban por la ciudad tras la celebración de la 'Bandera de la Concha', lo que permitió que muchos de los implicados en los disturbios se camuflaran entre los transeúntes mientras arrojaban piedras y otros objetos contra las fuerzas de seguridad, que respondían con cargas y material antidisturbios.