Pedro Solbes y la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, conversan durante un receso en la cumbre de Praga. g Foto: DAVID W. CERNY/REUTERS

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EFE-PRAGA El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, reconoció ayer que la situación de la economía española «no es buena», pero destacó que, si se compara con los demás países comunitarios, «no estamos en la peor situación de Europa».

Solbes subrayó que, en el último trimestre de 2008, el último para el que hay datos disponibles, España tuvo «de los resultados menos negativos de la Unión Económica y Monetaria».

Según los datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat, el PIB español cayó entre octubre y diciembre de 2008 el 1% en relación al trimestre previo, frente a las bajadas del 2'1% en Alemania, 1'8% en Italia y 1'2% en Francia, los otros tres grandes países de la zona del euro.

En términos interanuales, la contracción en España fue del 0'7%, inferior también a la de Francia (-1%), Alemania (-1'6%) e Italia (2'6%).
«La situación española no es buena, porque no es buena en ningún sitio», pero, aunque «no estamos en una posición cómoda, no estamos en la peor situación de Europa», remachó el vicepresidente en rueda de prensa al término del Ecofin (Consejo de Ministros de Finanzas de la UE) informal, celebrado en Praga.

«Difícil afinar»
A la pregunta de cuándo comenzará la recuperación, Solbes respondió: «sigo pensando que deberíamos tocar fondo en el segundo trimestre, tercer trimestre, cuarto trimestre... es muy difícil afinar, pero en este entorno».

También advirtió de que, incluso cuando la desaceleración llegue a su fin, los datos interanuales de crecimiento seguirán siendo negativos por un tiempo.

Por último, el vicepresidente rechazó que los planes de impulso puestos en marcha por el Gobierno, y en concreto, el fondo para los ayuntamientos que persigue incentivar la creación de empleos, no estén funcionando.

«El hecho de que los datos (de empleo y crecimiento) sean negativos no quiere decir que sin esos programas hubieran sido mejores». Por otra parte, Solbes expresó ayer su rechazo a la creación de un supervisor europeo único para controlar a los bancos con actividades en varios Estados miembros y resaltó que son los supervisores nacionales los que deben seguir ejerciendo ese papel, eso sí, con una mejor coordinación.

«Cuando estamos hablando de supervisión, pensamos que el tema fundamental es la proximidad de los supervisores con las empresas», dijo Solbes en rueda de prensa al término de la reunión informal de ministros de Economía de la UE. «El corazón de la inspección debe mantenerse a nivel nacional», insistió.