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El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, cree que el «problema» de la actual situación económica en España no es la «grave crisis» internacional sino «los años» de Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Así se escuchó durante la Asamblea de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM-CEOE) de 2009 cuando intervenía el presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, y permanecía abierto el micrófono del dirigente de la CEOE.

En el momento en el que el presidente de CEIM, Arturo Fernández, negaba que los empresarios deseen abaratar el despido ya que «ninguna empresa desea reducir personal», Díaz Ferrán comentaba al secretario general de CEIM, Alejandro Couceiro: «Es que no lo ha hecho bien, el problema que tenemos no es la grave crisis (...), son los años de Zapatero».

Posteriormente, el presidente de la CEOE intervino en este acto que fue inaugurado por los príncipes de Asturias y en el que también intervino la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en el que pidió a los agentes sociales que asuman su responsabilidad tal como -dijo- lo han hecho los empresarios que durante muchos meses no han caído «en la tentación de culpar o amenazar a nadie por la crisis».

Díaz Ferrán advirtió además que no es momento de convocar una huelga general, «que dañaría aún más la economía española» e hizo un llamamiento a los sindicatos para iniciar un diálogo «constructivo» sobre una futura reforma del mercado laboral.

Asimismo, aseguró que, «lejos de la demagogia», los empresarios no persiguen ni abaratar ni permitir el despido libre, sino «disminuir los contratos temporales de forma asumible para las empresas».

Díaz Ferrán pidió a los interlocutores sociales «respeto» por estas propuestas y apeló a discutirlas en el marco del diálogo social, aunque reiteró que «no firmarán nada que vaya en contra de los intereses de los empresarios».

Estimó que frente a los «malos pronósticos» de las cifras de paro para los próximos meses «no es el momento de una huelga general», sino de «sumar esfuerzos y profundizar en un diálogo constructivo para buscar soluciones».

En este sentido, apeló a la «coherencia» de las organizaciones sindicales que amenazaron con convocar un paro general durante las manifestaciones del Primero de Mayo y aseguró que la CEOE está «abierta al diálogo, pero no a la imposición».