TW
0

El presidente del Gobierno ratificó ayer su total respaldo al lehendakari, Patxi López, en su primera reunión institucional en la Moncloa, que ha concluido con un consenso absoluto resumido por José Luis Rodríguez Zapatero: «Dos gobiernos y una misma política antiterrorista». En reconocimiento al carácter «especial» del encuentro con «el lehendakari del cambio y de la esperanza en Euskadi», como lo describió, Zapatero compareció junto a López en los jardines del Palacio de la Moncloa tras las dos horas de entrevista.

Junto a la decisión de luchar juntos para erradicar la violencia, apoyar a las víctimas, unir a los demócratas y no dejar espacio en las instituciones a los violentos y a los que los apoyan, acordaron relanzar las infraestructuras vascas y Zapatero se comprometió a acelerar al máximo las transferencias pendientes en desarrollo del Estatuto de Gernika. Que Euskadi cuente con su primer lehendakari socialista ha generado problemas para el PSOE en Madrid, donde ya no puede contar con el PNV como aliado y han aumentado las dificultades para alcanzar acuerdos parlamentarios.

Zapatero aseguró que respeta la decisión de los nacionalistas vascos porque «son las reglas del juego», pero además quiso dejar claro que esas dificultades «merecen la pena», ya que permiten que López lidere el País Vasco del cambio. En este contexto, López instó al PP a tener «altura de miras» en Madrid y sumar fuerzas con el Ejecutivo de Zapatero para luchar contra la crisis y consideró utilizar lo sucedido en el País Vasco para complicar la vida al Gobierno no es «muy de recibo».

Tanto Zapatero como López se refirieron a la manifestación posterior al asesinato del inspector de policía Eduardo Puelles en Bilbao y apostaron por la unidad de los partidos democráticos frente a ETA. De hecho López no descartó que de la ronda de contactos que está manteniendo con las fuerzas políticas vascas surja una «mesa de partidos», como propuso el PP, pero avanzó que la descartará si provoca «conflictos».

A su juicio, la unidad demostrada por la sociedad vasca no puede ser «empañada ni mermada» por ningún rifirrafe político y nadie debe jugar a buscar «diferencias ni distancias».