Lejos quedan los tiempos en los que el presidente Zapatero expresaba su simpatía por el entonces nuevo presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

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Los empresarios cierran filas en torno al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, e insisten en que es el Gobierno el culpable de no seguir adelante con las negociaciones. Añaden además que desde el Ejecutivo se ha dado una imagen de ellos que no se corresponde con la realidad.

La patronal mantiene, según informó la Cadena Ser, una posición clara en función de dos argumentos: el primero es que Gerardo Díaz Ferrán no es culpable de nada y que su actuación es fruto del acuerdo de todos los representantes de la CEOE.

«Me da mucha pena que el análisis que se haga sea que el señor Díaz Ferrán tiene la culpa de todos los males», dijo Jesús Morte, uno de los vicepresidentes de la patronal. «Hace un año era sustituto natural de Rodríguez Zapatero. Sin embargo, ahora es la cabeza visible de una CEOE intransigente, dura, que crea ruptura. Pues ni lo uno, ni lo otro».

El segundo argumento es que el Gobierno es quien no ha querido el acuerdo al no aceptar sus propuestas y añaden que además la imagen que se ha dado de los empresarios no es la correcta. Aseguran que no son ellos los que se han levantado de la silla pero también que sus exigencias son inamovibles porque, dicen, son la manera de salir de la crisis.

El vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, afirmó que la patronal estaría «encantada» de volver a sentarse en la mesa del diálogo social si recibe la llamada del Gobierno. «En las manos del Ejecutivo está, es el que ha roto el diálogo y estaremos a la espera de qué quiere hacer. Si vuelve a llamarnos a la negociación estaremos encantados de volver a sentarnos en esa mesa», indicó en la Cadena Cope.

La actitud intransigente del Gobierno y la patronal frustró el diálogo social, según indicaron fuentes cercanas a la negociación. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vio la posibilidad de llegar a un acuerdo la semana pasada, ya que sólo existían «flecos» que alejaban las posturas del Ejecutivo y la CEOE, por lo que «forzó» la negociación invitando a los interlocutores sociales a negociar en el palacio de la Moncloa y, posteriormente, compartir una cena en la que se preveía celebrar el pacto por todo lo alto.

La realidad fue muy distinta por una cuestión no prevista: un cambio de actitud en la patronal. Todo indica, según las fuentes, que la cúpula de la CEOE mantuvo una reunión en Génova, sede del PP, con la cúpula del partido de Mariano Rajoy. Tras el encuentro, la actitud de los empresarios fue otra, según coinciden en señalar desde CCOO y UGT.

En este sentido, tanto el secretario general de la UGT, Cándido Méndez, como el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, aludieron a la comida que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y Mariano Rajoy mantuvieron el pasado 2 de julio. A partir de esta fecha la actitud de la patronal fue intransigente y el diálogo empezó a ir a la deriva. Fue en ese momento cuando el presidente Zapatero decidió intervenir para forzar el acuerdo convocando la reunión-cena de Moncloa.