En un artículo colgado en su blog, el portavoz de los nacionalistas vascos señaló que la política que está llevando a cabo el Gobierno de Patxi López de retirar de las calles de las ciudades de Euskadi los carteles, las fotografías y la simbología de ETA, no está consiguiendo sus objetivos porque «su presencia se está extendiendo a todo tipo de lugares y en los más diversos formatos». «Desde el punto de vista de los que se pretendía "si lo que se pretendía es, insisto, eliminar estos símbolos y no sólo visibilizar el cambio" el balance es claramente negativo», aseguró el dirigente del PNV, quien recordó que los socialistas vacos viven «obsesionados» con la idea de «visibilizar el cambio».
El responsable jertzale manifestó que «no es fácil» impulsar el cambio en una sociedad «compleja y heterogénea» como la vasca y «menos aún cuando, quien pretende hacerlo es un Gobierno del que desconfían nada menos que 2 de cada 3 vascos», según los datos del Euskobarómetro. Sin embargo, explicó Erkoreka, los socialistas se «aferran» a su objetivo y no sólo quieren que el cambio se perciba, sino que se «visibilice cuanto antes». «Y las prisas que nunca son buenas consejeras, están poniéndoles nerviosos, De ahí que, en los últimos días, arrastrados, sin duda, por las premuras y la precipitación, hayan incurrido en torpezas tan graves como la de afirmar que, merced a la ingente obra del gabinete de López, Euskadi es ya un oasis. Tiene bemoles. Un oasis. El oasis de López», criticó.
Erkoreka argumentó que, en este empeño, los socialistas han dado prioridad a los que viene denominando la «deslegitimación del terrorismo», ya que los otros asuntos que López se ha propuesto «objetivos intangibles», como la lucha contra la crisis y la mejora del bienestar y la calidad de la vida de los ciudadanos vascos, «no parece posible que puedan arrojar resultados apreciables a corto plazo».
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