Rajoy, junto a la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho (i), acompañan al concejal Alberto Fernández Díaz, durante el acto de ayer en Barcelona. | Efe

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El líder del PP, Mariano Rajoy, dijo ayer: «como español, no me gusta que desde fuera me digan lo que tengo que hacer», en alusión a la exigencia de la canciller alemana para que el ejecutivo controle el gasto, lo que el PP lleva tres años pidiendo, «y ahora que lo dice Angela Merkel, el Gobierno está dispuesto a aceptarlo».

En una visita a Barcelona para apoyar la candidatura de Alberto Fernández Díaz a la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, Rajoy dijo: «Cuántos problemas pudimos ahorrarnos si nos hubieran hecho caso, que tampoco costaba tanto. Ahora lo tienen que hacer, tres años después, y porque se lo piden desde fuera; éste es el Gobierno que tenemos en España».

Respeto

En referencia al pacto social, el líder del PP dijo que puede entender que se adopten las medidas que sean necesarias, pero pidió respeto a la gente y que se explique cuáles son las medidas tomadas, al reclamar «menos firmas y mas explicaciones», pues considera que no hay que exhibir tantas «firmas, fotografías y telediarios».

Mariano Rajoy apuntó que la primera obligación de los gobernantes es «conocer la realidad» y saber cuáles son las prioridades para actuar, y señaló que el problema del presidente Rodríguez Zapatero y de los socialistas es que «ya se ha equivocado antes de actuar». El presidente del PP hizo un repaso de la actualidad política y afirmó que, el pasado miércoles, se sorprendió de que Gobierno y sindicatos festejaran el recorte de las pensiones al considerar que no es aceptable tantas «firmas, fotos y telediarios».


Imposición

Rajoy siguió diciendo que el pasado jueves «vinieron a imponernos nuevos deberes desde Europa», e insistió en que el PP lleva años diciendo que hay que controlar el déficit y establecer el techo del gasto de las administraciones, y sólo ahora que lo ha pedido Alemania están dispuestos a hacerlo. «Cuántos problemas nos hubiésemos ahorrado si nos hubieran hecho caso», señaló Rajoy, para quien, la situación que vive España, no es fruto de una «maldición bíblica», sino «producto de una incompetencia», aunque ésta tiene solución y arreglo.

Sobre Catalunya, Rajoy dijo que las autonómicas del 28-N supusieron «un antes y un después», al conseguir el PP situarse como tercera fuerza política en el Parlament, y añadió que las municipales del 22 de mayo también han de suponer un «después», y que los populares empiecen a gobernar en «instituciones importantes en Catalunya».