El presidente de la SGAE, Teddy Bautista (centro de la imagen), así como el director general y el director financiero de la institución, Enrique Loras (d, arriba) y Ricardo Azcoaga (i, arriba), respectivamente, a su salida esta tarde de la Audiencia Nacional. | Gustavo Cuevas

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La trama de la SGAE que la Audiencia Nacional investiga y que ha llevado a la detención de varios directivos de la sociedad de gestión de derechos de autor -entre ellos, su presidente, Teddy Bautista- podría haber desviado fondos por al menos cuatro millones de euros. Una cantidad que se habría trasvasado desde la SGAE tan sólo en 2005, aunque la investigación busca irregularidades en varios ejercicios desde 2003.
Microgénesis, la principal firma utilizada, supuestamente, para saquear las arcas de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores), borró de sus cuentas al menos un millón de euros que cobró de dicha entidad en 2005, según ElPaís.com. En ese ejercicio, según su libro de cuentas, al menos ingresó cerca de cinco millones de euros de la SDAE (Sociedad Digital de Autores y Editores, propiedad 100% de la SGAE y que dirigía Luis Rodríguez Neri, vinculado al origen de Microgénesis). Sin embargo, Microgénesis solo declaró 3,7 millones de euros, incluidos otros ajenos a la SGAE, aunque menos significativos. Más de un millón de euros se habían esfumado entre los ingresos contabilizados en su registro y la contabilidad oficial presentada en el registro mercantil.

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Documentos falsos


Tal contabilidad no solo demuestra que el único negocio de Microgénesis era facturar a la SGAE, sino que chirriaban los datos de la documentación interna y de la pública. La contabilidad oficial muestra la galopante ascensión de dicha firma. La cifra de negocio en los últimos cinco años de esta empresa -sin conocerse los resultados de 2007, que no figuran en el registro mercantil- supera los 22,5 millones, de los que presumiblemente el principal cliente fue la SDAE.
Todas las miradas están puestas en la Sociedad Digital de Autores y Editores, que el juez señala como entidad a través de la cual se desviaban los fondos. Esta sociedad, constituida en 1999 para gestionar los derechos de autor en internet y explorar las nuevas tecnologías, tiene un historial de problemas financieros continuados. En 2009, por ejemplo, tuvo pérdidas de casi 100.000 euros y en 2008 habían sido de más de 300.000 euros.