Una empleada del fabricante de relojes Carlton sostiene dos despertadores de la empresa para recordar sobre el cambio de hora que se producirá en la madrugada del sábado 30 de marzo al domingo 31. | Efe

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La próxima madrugada los relojes se adelantarán una hora y, a las 02.00 horas serán las 03.00, con lo que se inicia el horario de verano, cuyo objetivo es lograr un ahorro aproximado del 5 por ciento de la energía.

Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), este ahorro energético equivale a unos 300 millones de euros. El cambio de hora se debe a la Directiva Comunitaria 2000/84/ CE y es de obligado cumplimiento en los Veintisiete estados miembro.

El 'cambio de hora' se inició durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar carbón aunque no fue hasta 1974 cuando empezó a generalizarse. A raíz de la primera crisis del petróleo, algunos países, entre los que se encontraba España, decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y gastar menos electricidad en iluminación. Desde 1981 el cambio de hora se aplica como directiva y cada cuatro años se renueva sucesivamente.

Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. La Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.

El cambio de hora tiene carácter indefinido al entenderse que el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otras ramas de la industria, requiere una programación estable a largo plazo.

Además, permite que todos los ciudadanos e instituciones públicas y privadas de la Unión Europea, conozcan anticipadamente las fechas del cambio horario anual y puedan planificar su actividad sin necesidad de esperar ninguna norma futura.

Concretamente, según esta novena directiva, el inicio de la hora de verano comienza el último domingo de marzo y concluye el último domingo de octubre, cuando se retrasa el reloj.

Entre los impactos positivos de la medida, además del ahorro, el IDEA destaca el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.

Asimismo, destaca que del potencial de ahorro de 300 millones de euros en iluminación en España, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar y otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.

El IDAE, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, señala que para alcanzar este potencial de ahorro se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del sector terciario y en industrias.

Entre estas tecnologías se incluyen las fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona a través de ventanas o lucernarios.

Cabe destacar, en este sentido, que el Código Técnico de la Edificación hace ya obligatoria la instalación de estos sistemas en los edificios de nueva construcción.

Independientemente del cambio de hora, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares.

Seguir determinadas pautas o hábitos puede permitirnos, sin renunciar al confort, ahorrar hasta 100 euros al año, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.

Decálogo

Entre los consejos para ahorrar energía, el IDEA recomienda aprovechar la luz natural, porque la luz del sol «es gratis»; no olvidarse las luces encendidas, porque «cuesta caro», por lo que insiste en que cuando se salga de una habitación se apague la luz.

También, aconseja colocar bombillas que gasten mucho menos que las incandescentes, que se denominan de bajo consumo o fluorescentes compactas y son ideales para puntos de luz con uso diario superior a las tres horas. Estas bombillas ahorran hasta un 80 por ciento.

Asimismo, recuerda que una alternativa «más eficiente» a lámparas halógenas, como las LED, que permiten un ahorro de hasta el 80 por ciento en el consumo de energía de ese punto de luz.

Igualmente, subraya como una «buena idea» la iluminación localizada, ya que además contribuye a crear ambientes más confortables y acogedores, así como utilizar colores claros para decorar su casa, ya que necesitará menos luces.

Finalmente aconseja limpiar con regularidad las fuentes de luz, porque la suciedad acumulada dificulta la correcta difusión; utilizar reguladores electrónicos de flujo para las halógenas y acordarse de los tubos fluorescentes que están especialmente indicados para baños, cocinas, trasteros y garajes. Por último, recomienda instalar detectores de presencia en las zonas de paso.