El director de los Salesianos de Cádiz a la salida de la audiencia donde el juez decretó prisión provisional. | ROM

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El juez ordenó la pasada noche el ingreso en prisión provisional del director del colegio de los Salesianos de Cádiz acusado por la policía de castigos corporales, tocamientos y amenazas a más de cuarenta alumnos del centro.

Un portavoz de la congregación religiosa explicó que en el auto de ingreso en prisión el juez no entra a calificar los delitos que se imputan al sacerdote y razona que toma esta medida preventiva en tanto toma declaración a treinta alumnos más porque «cree que dejarlo en libertad con cargos produciría alarma social».

El sacerdote, F.J.L·L., de 40 años, salió sobre las doce de la noche del juzgado de guardia levantando las manos y lanzando besos a cerca de un centenar de personas, alumnos del colegio y padres, que se concentraron todo la jornada a las puertas de la sede judicial para expresarle su apoyo.

A su salida, todos ellos exhibieron pancartas hechas con cartulinas en las que apostaban por la inocencia del director del centro religioso concertado y gritando «Javier inocente».

Prisión de Puerto II

El sacerdote agradeció su apoyo con gestos, antes de introducirse en el coche policial que lo trasladó a la comisaría provincial, en cuyos calabozos ha pernoctado desde que fue detenido el pasado martes.

Allí un furgón de la Guardia Civil le recogió para trasladarlo a la prisión Puerto II.

El sacerdote fue detenido después de la denuncia de un menor cuya madre vio los mensajes que el director del colegio le había enviado.

Según la congregación religiosa, esta es la única denuncia que existe contra él, aunque la Policía ha informado que tras ella llegaron otras trece y que los investigadores han identificado a otras treinta presuntas víctimas más de castigos corporales, tocamientos no consentidos y amenazas del director del colegio. La congregación religiosa esperó a la decisión del juez para emitir un comunicado en el que, además de expresar su respeto por la presunción de inocencia, dijo estar «profundamente consternada y apesadumbrada por el mero hecho de que se relacione a un sacerdote de la Congregación con actuaciones en contra de menores». A su vez, añadió estar «a disposición de la justicia, en orden a facilitar el esclarecimiento de los hechos».