Imagen de video sin fechar facilitada por Fundación Juan Ciudad ONG del religioso español Miguel Pajares, de 75 años. | RELIGIOSO ESPA

TW
48

El sacerdote Miguel Pajares ha muerto hoy en el Hospital Carlos III de Madrid tras ser infectado por el virus del ébola en Liberia, según han informado fuentes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Pajares, de 75 años, ha sido el primer europeo afectado por esta dolencia, para la que por el momento no existe vacuna, si bien desde el pasado sábado estaba recibiendo el suero experimental ZMapp, el medicamento que se está administrando en EEUU a los enfermos de ese país.

Fuentes del personal que atiende al religioso han explicado que, de momento, los sanitarios están «a la espera» de recibir los protocolos para la evacuación del cadáver, porque «existen riesgos de contacto con fluidos biológicos».

Han relatado que el paciente, quien cumplía su quinto día de ingreso hospitalario tras ser repatriado desde Liberia el pasado jueves, estaba en «condiciones críticas» y que, durante las últimas horas, experimentó una «bajada de constantes vitales».

Pese a que los médicos «probaron alguna medicación en un intento de estabilizarlo», la cámara y los monitores con los que era observado «mostraban que tenía problemas para respirar» hasta que el enfermo ha dejado de «mostrar actividad» esta mañana.

El pasado 4 de agosto se hizo público que el religioso español permanecía aislado en el hospital San José de Monrovia (Liberia), junto a otros trabajadores del centro sanitario, tras la muerte por ébola de su director, el hermano Patrick Nshamdze.

Los análisis confirmaron al día siguiente que Pajares había contraído la enfermedad, de la que finalmente ha muerto en Madrid, donde continúa ingresada la hermana Juliana Bonoha, que hasta el momento ha dado negativo en las pruebas del ébola.

El padre Pajares es el cuarto fallecido que trabajaba en el Hospital San José, después de que ayer se conociera el fallecimiento del religioso George Combey.

Noticias relacionadas

La muerte de este ghanés se suma a la de la religiosa Chantal Pascaline, que perdió la vida el pasado sábado, y a la del director del centro sanitario, ocurrida el 3 de agosto, a quien cuidó el sacerdote español.

Mientras tanto, la religiosa de origen guineano y pasaporte español que fue repatriada junto a Pajares desde Liberia, Juliana Bonoha continúa su recuperación y su estado de salud permanece estable.

Fuentes del Hospital de La Paz, del que depende el Carlos III, han indicado a Efe que previsiblemente hoy se repetirá el test del ébola a la religiosa para descartar definitivamente que ha contraído el virus.

Entre tanto, sigue luchando contra esta enfermedad la hermana Paciencia Melgar, ingresada el fin de semana en el Hospital Elwa, en Liberia, gestionado por Médicos Sin Fronteras.

Consternación en San Juan de Dios

José María Viadero, director de la ONGD Juan Ciudad y portavoz de la orden San Juan de Dios, a la que pertenecía Pajares, ha destacado la dedicación del religioso fallecido «al servicio de los demás» y «de manera especial a Africa». Del mismo modo, ha reconocido que están viviendo «un momento muy duro» tras este fallecimiento, el tercero de un miembro de la orden.

Viadero ha leído un comunicado ante los medios en el que ha señalado que han recibido «con dolor», la noticia. En este sentido, ha enviado «en nombre de la orden» condolencias «a la familia de Miguel Pajares y a la familia de San Juan de Dios».

«Como sabéis, hemos perdido a dos hermanos más: a una hermana de la congregación de las misioneras de la Inmaculada Concepción y a varios colaboradores de la orden en Monrovia, todos a causa de esta epidemia del ébola», ha recordado.

El portavoz ha explicado que el superior general de la orden hospitalaria ha pedido a todos los que les escuchen que se sientan «unidos en la oración la hospitalidad y la fraternidad». «La orden hospitalaria agradece todas las muestras de apoyo que ha recibido desde las administraciones públicas, de la sociedad en general, los medios de comunicacion y, particularmente, el buen hacer de los profesionales del hospital Carlos III que han atendido al hermano Miguel», ha concluido.