Juan Manuel Parra, médico que atendió a Teresa Romero, en su perfil de Twitter. | Twitter

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El médico que atendió en el Hospital de Alcorcón (Madrid) a la enferma de ébola ha denunciado fallos en el protocolo durante las 16 horas que la asistió, entre ellos que el traje de protección, que tuvo que ponerse mas de doce veces, le estaba pequeño: «las mangas me quedaban cortas en todo momento».

En una carta a sus superiores que publican varios medios de comunicación, Juan Manuel Parra Ramírez, Facultativo Especialista de Área, detalla los pormenores de la atención a Teresa Romero, a la que asistió desde las ocho de la mañana del día 6 hasta las doce de la noche, en que fue trasladada en ambulancia hasta el hospital Carlos III.

El médico, que ayer ingresó voluntariamente en el Carlos III para someterse a vigilancia, denuncia, entre otros errores, que se enteró antes por los medios de comunicación que por el propio hospital que la enferma ingresada había dado positivo en ébola.

Parra detalla la evolución y empeoramiento de la enferma desde que asume su cuidado, al entrar de guardia en Urgencias a las ocho de la mañana del pasado lunes, donde ya se había activado el protocolo de actuación, y encuentra a Teresa Romero en habitación de aislamiento, con baño, y una habitación contigua con zona limpia para el empleo de los trajes.

El facultativo asume que es el único médico que se encargará de atenderla, acompañado de personal de enfermería, y prohíbe el paso a la habitación si él no entra en ella.

Ante los síntomas de la enferma, Juan Manuel Parra pide permiso para extraer una muestra de sangre, y precisa que se necesitó «un tiempo superior al prudencial para su extracción».

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Hasta entonces, señala, tanto él como el personal de enfermería visten traje de seguridad de primer nivel y él mismo dio orden de cambiar de mascarilla.

Explica en la carta que, en torno a las once de la mañana, avisó del empeoramiento de Teresa Romero, lo que necesitó varias entradas en el box de aislamiento, y «aunque la primera muestra es positiva no tengo conocimiento de ella directa salvo por la prensa».

A las cinco de la tarde es informado de la positividad de la auxiliar, «por lo que se procede a empleo de 2º traje de mayor nivel facilitado por este hospital (las mangas me quedan cortas en todo momento)». La paciente -agrega- se encuentra con abundantes diarreas, vómitos, mialgias y fiebre de hasta 38 grados.

«Vuelvo a informar de la necesidad urgente de traslado de la paciente por el alto riesgo de complicación e inestabilidad» y el requerimiento constante de atención, añade, y señala que tanto él como el personal encargado del cuidado de la enferma cumplen el protocolo asignado «y vigilancia mutua en la retirada de los trajes de protección».

Parra afirma que vuelve a enterarse de la confirmación de positividad de la paciente (el doble positivo) antes por los medios de comunicación que por el hospital, que le informó sobre las 19.00 horas, así como «de que se va a proceder al traslado de la paciente», lo que no ocurrió hasta la medianoche.

Hasta la llegada de la ambulancia, el doctor que sigue acudiendo a la habitación para atender a la paciente. «En todo momento sigo avisando de su situación y se me pide continuar con la labor clínica (cosa que no pensaba obviar)», indica.

El médico continuó con su actividad laboral y las medidas de observación en su casa hasta que anoche ingresó voluntariamente en el hospital Carlos III, dado su contacto con la paciente, donde se encuentra en observación.