La líder de UPyD, Rosa Díez, a su llegada a la reunión de la Junta de Portavoces, celebrada el lunes en el Congreso de los Diputados, donde ha lamentado "la pérdida" que supone que Toni Cantó abandone su escaño y renuncie a ser el candidato a la Presidencia de la Generalitat. | Ballesteros

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La portavoz de UPyD, Rosa Díez, ha afirmado este viernes que se ha sentido «engañada» por algunos de sus propios compañeros, a los que ha acusado de trabajar desde el partido en favor de Ciudadanos, y les ha acusado de arrimarse «al sol que más calienta».

En una entrevista en Onda Cero recogida por Europa Press, Díez se ha expresado así tras la decisión del excandidato de UPyD en Asturias, Ignacio Prendes, y de los ya excandidatos en Aragón, de intentar la confluencia con Ciudadanos a través de la plataforma «Encuentro».

«Prendes y Aparicio han jugado dentro de UPyD a dos bandas. Han estado en este partido, mientras les ha dado cobijo y estructura, y les ha proyectado políticamente, y cuando las expectativas electorales han sido mejores que las nuestras se han marchado» ha lamentado.

Y ha añadido que lo grave no es que la hayan engañado a ella, sino a los afiliados que les eligieron en primarias para ser candidatos y a los que ahora dejan para irse a otra fuerza llevándose el trabajo de UPyD y todo lo que significan sus siglas.

La líder 'magenta' ha sido especialmente crítica con Prendes, destituido por UPyD el miércoles tras conocer que su secretaria personal y candidata de UPyD en Oviedo ha sido «cedida» a Ciudadanos para ser su ante la Junta Electoral, y le ha acusado de «trabajar desde dentro», desde hace meses y con recursos del Parlamento, para otra opción política.

Preguntada también por los miembros del partido que ahora son partidarios de la unión con Ciudadanos después de haber criticado, el pasado agosto, al entonces eurodiputado Francisco Sosa Wagner por pedir precisamente eso, Díez lo ha atribuido a que entonces las encuestas le daban mejor a UPyD.

A su juicio, la unión con ciudadanos «puede parecer muy razonable» a algunos afiliados que lo han planteado --y después han aceptado la decisión de los órganos de dirección de no hacerla-- pero es «la autonomía» de UPyD lo que convierte al partido en «una garantía para los españoles, una garantía limpio y coherente que defiende la igualdad de todos los españoles».

De hecho, ha insistido en que aunque las críticas se centren en ella, han sido los órganos competentes de UPyD los que han rechazado, incluso en votación secreta, el acuerdo con Ciudadanos.

Preguntada si su presencia como líder de UPyD es un factor que lastra sus expectativas electorales, ha afirmado que «como hipótesis» puede incluirlo todo, pero cree que lo importante deberían ser los proyectos de los partidos, no sus partidos.

A su modo de ver, esa caída en las encuestas se debe a muchas cosas y una de ellas es «la tendencia por elegir lo nuevo», porque la gente «está bastante harta de la vieja política», y el hecho de que «se valora más la expectativa que el trabajo bien hecho». Y ha defendido que UPyD es un partido joven, muy «asentado en las instituciones» pero «revolucionario» en el sentido de que han introducido en la agenda política cosas que estaban fuera.

«UN PARTIDO QUE YA ESTÁ TESTADO»

Así, ha pedido a la gente que juzgue a UPyD por el trabajo que han hecho, porque es «un partido que ya está testado, que ha demostrado en las instituciones que es un partido serio» y que ha sido «útil» para resolver los problemas de la gente.

«Pido a los españoles que nos juzguen por nuestro trabajo, no por si somos más o menos simpáticos», ha dicho, aunque luego ha bromeado con que ella no renuncia a que la gente la quiera y ha recordado que hasta hace poco era la líder política más valorada en las encuestas.

A su juicio, UPyD es más necesaria hoy que cuando nació hace siete años, para defender la regeneración de la democracia, la despolitización de la Justicia, la sanidad universal, un sistema de relaciones laborales más justo, la reforma de la ley electoral y la igualdad fiscal de los españoles.