Francesc Antich, durante su comparecencia tras ser nombrado miembro de la gestora del PSOE. | PSIB

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El expresidente socialista balear Francesc Antich, miembro de la gestora que dirige el PSOE tras la dimisión de Pedro Sánchez, ha asegurado este domingo que defenderá en ese órgano que se tiene que consultar a la militancia si se quiere cambiar el mandato del Comité Federal de rechazar la investidura de Mariano Rajoy.

«Hay un acuerdo muy claro por parte del Comité Federal que ha dicho que 'no' a un Gobierno del señor Rajoy (...) si eso se tiene que cambiar (...) se tendría que escuchar a la militancia», ha declarado esta mañana Antich a su regreso a Mallorca tras participar este sábado en la reunión del Comité Federal del PSOE, por la que ha pedido «disculpas tanto a los ciudadanos como a los militantes».

Antich ha explicado que en la comisión gestora sostendrá la postura que los socialistas de Baleares defendieron en Madrid: que el partido promueva un «gobierno alternativo» al del PP y que se convoque un congreso extraordinario «lo antes posible» para que los militantes socialistas decidan sobre el futuro del partido.

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«Se hizo una votación y perdimos», ha admitido el expresidente socialista balear, hoy senador, quien aceptó formar parte de la gestora a petición de sus compañeros de las Islas y de otros miembros del Comité Federal que respaldaban al secretario general dimitido.

«La idea es seguir manteniendo este criterio que hemos defendido hasta ahora (...) que la militancia pueda hablar lo más rápidamente posible y que, por tanto, se pueda hacer un congreso extraordinario lo antes posible», ha reiterado Antich, que ha recordado que el mandato de rechazar la investidura de Rajoy aprobado por unanimidad antes de la crisis del PSOE no ha sido revocado.

El miembro de la gestora, que admite que su posición es minoritaria dentro de ese órgano de gobierno provisional, ha incidido por otra parte en la importancia de trabajar para recuperar «la máxima unidad del partido». «Si hay una cosa que nos hace polvo en este momento es esta polémica constante», ha sostenido.

A su juicio, reconducir la crisis para volver a hacer fuerte al PSOE es prioritario y no supone anteponer los intereses del partido a los del país, puesto que el «buen funcionamiento» de una organización que ha tenido tanta responsabilidad en la historia reciente «es muy bueno para España».