Pastor, en su intervención en la sesión solemne de apertura de Las Cortes, antes de la del Rey, ha abogado por desarrollar en el Parlamento «un debate fructífero», para los que los diputados y senadores, como representantes de los ciudadanos, deben ser «conscientes» de lo que son y del «pluralismo» de la sociedad española.
También ha apostado por una actividad parlamentaria dentro del marco de la Constitución, del que ha hecho una defensa cerrada como garante de la convivencia.
Como también la presidenta, en un día como hoy, ha querido rendir un tributo a las víctimas del terrorismo y agradecer también el trabajo de las fuerzas de seguridad que ha logrado «vencer» a ETA, lo que ha motivado el aplauso de gran parte del hemiciclo.
Se ha detenido especialmente en poner en valor la Carta Magna porque, entre otras cosas, ha permitido «desarrollar el Estado autonómico», la integración en Europa y poner en marcha el Estado del bienestar.
Una Constitución, ha añadido, que se fundamenta «en la indisoluble unidad de la nación», que a la vez está «orgullosa» -ha dicho- de su pluralidad, de su cultura y de sus lenguas, que el texto constitucional «ampara», ha recalcado.
Pero también ha dedicado buena parte de su discurso a poner el acento en la voluntad de diálogo y negociación que debe imperar en esta legislatura, una de las más plurales de las últimas décadas.
Por eso ha recordado el mensaje del primer presidente del Congreso en democracia, Landelino Lavilla, que en aquella primera legislatura aludió a las diferentes opciones políticas que ocupaban los escaños, que debían transitar por el camino «de la convivencia» porque solo así se mantienen los consensos que permiten avanzar.
Las Cortes, ha asegurado Pastor, deben ser «la sede del diálogo» y trabajar al servicio «permanente» del bienestar común, una máxima siempre útil pero que en este periodo debe regir con «especial intensidad».
«Todos deseamos una España en la que no se rompan nunca los puentes de entendimiento», ha señalado la presidenta, echando la vista atrás sobre los últimos cuarenta años que han posibilitado «ensanchar» la libertad y han provocado una transformación «incuestionable» en el país.
Un momento que ha aprovechado para citar una célebre frase de El Quijote: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos».
España, ha continuado, «tiene muchos retos y metas» y aunque no será fácil, ha señalado Pastor, hay que «emplearse a fondo» para que cada uno ponga lo mejor de sí mismo.
Y así, ha dicho estar convencida de que los diputados y senadores estarán «a la altura» que se espera de ellos para conseguir mayores cotas de bienestar para todos y contribuir a que los ciudadanos no se distancien de las instituciones.
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¿Altura de miras? ¿A la altura del palco presidencial de Congreso? ¿Para ver ese careto por las mañanas recién levantado? Ana, ¿es que nos quieres matar de un susto a todos?