Aclamado por unos 200 militantes en el salón de actos de Ferraz al grito de «sí es sí», Sánchez ha comparecido arropado por miembros de su equipo y diputados, a quienes les ha dado las «gracias de corazón» por su «ilusión y ejemplo».
«Somos la vanguardia del sistema democrático y político en España», les ha dicho, agradeciendo también el trabajo de sus rivales, Susana Díaz y Patxi López.
Lo ha hecho mientras se escuchaban abucheos en la sala, pero él ha insistido en hacerlo porque los dos son compañeros, ha señalado, que «trabajan y han trabajado» por hacer un PSOE «más fuerte».
También se ha dirigido a los millones de personas que «se sienten progresistas» y no votaron al PSOE para decirles que «aquí está el PSOE, está la izquierda».
Una izquierda que va a hacer una oposición «útil» en defensa de la mayoría social «hastiada de la corrupción» y que padece las desigualdades ocasionadas por los «recortes» del Partido Popular.
«Vamos a hacer lo indecible por acabar con corrupción del PP, por mejorar sus vidas y cambiar el rumbo del país», ha afirmado Sánchez, insistiendo en la idea de que hoy arranca «el kilómetro cero de algo más importante, hoy empieza todo, no acaba nada».
Ha recalcado que va a ser el secretario general «de cada uno» de los afiliados y que convertirá al Partido Socialista «en el partido de la izquierda», en una organización nueva, coherente y «unida» para regenerar España, que pone rumbo a La Moncloa.
Del mismo modo, se ha comprometido a que el Congreso de junio será un cónclave «en positivo» y que servirá «para unir» independientemente de la candidatura que haya votado cada uno.
Sus últimas palabras de esta intervención han sido de nuevo dirigidas a los que le han apoyado en este viaje por demostrar -ha dicho- que cuando «hay ganas, ilusión e ideas, todo es posible», unas palabras que han sido coreadas por gritos de «sí es sí».
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