En la votación para elegir al nuevo líder, de los 742 votos emitidos --había 751 delegados acreditados--, Sordo ha recibido 659 votos a favor y 75 en blanco, con ocho votos nulos.
Unai Sordo sustituirá en el cargo a Ignacio Fernández Toxo que, a pesar de contar con la posibilidad de optar a la reelección para un tercer y último mandato, decidió no presentar su candidatura.
Sordo competía en solitario por la Secretaría General de CCOO tras haberle propuesto el propio Toxo el pasado mes de marzo, por lo que su elección estaba 'más que cantada'. El sindicalista vasco, de 44 años, venía con un apoyo casi unánime del Consejo Confederal del sindicato.
En CCOO, la Secretaría General está limitada a un máximo de tres mandatos (dos ordinarios y uno de carácter extraordinario) de cuatro años de duración cada uno.
Una ejecutiva paritaria
La nueva Comisión Ejecutiva de CCOO estará formada por 15 miembros, más su secretario general, frente a los 14 miembros con los que contaba anteriormente, de los que hasta el inicio del XI Congreso únicamente quedaban 12. Seis de sus integrantes repiten. Además de Sordo, entran nueve caras nuevas.
En concreto, la nueva Ejecutiva de CCOO estará integrada, además de por Unai Sordo, por Fernando Lezcano, Maria Cardeñosa, Carlos Bravo, Cristina Faciaben, Pedro J. Linares, Empar de Pablo, Elena Blasco, Francisco Carbonero, José Luis Gil, Francisca Gómez, Carlos Gutiérrez, Paula Guisande, Mercedes González, Mariano Sanz y María Dolores Santillana.
Los seis primeros repiten de la anterior Ejecutiva, mientras que los nueve últimos entran nuevos. En total, ocho hombres, incluyendo a Sordo, y ocho mujeres formarán parte de este órgano de dirección del sindicato. De la anterior ejecutiva no repiten Paloma López, Ramón Górriz, Javier López, José Campos, Ana Herranz, Tania Pérez y Montserrat Mir.
Entre las nuevas caras que integran la Ejecutiva se encuentra Francisco Carbonero, el ex secretario general de CCOO Andalucía, que ha sido declarado como investigado (antes imputado) en el caso de los ERE irregulares financiados por la Junta de Andalucía.
Durante su última intervención en el plenario del XI Congreso, el secretario general saliente, Ignacio Fernández Toxo, ha defendido a Carbonero y ha asegurado que «hasta donde alcanza a conocer la organización su actuación ha sido impecable». «Estoy seguro de que se demostrará en sede judicial que su actuación ha sido impecable más allá de la consideración personal que nos merezca de cada uno de ellos», ha asegurado.
«Nosotros con nuestros códigos éticos en la mano, tenemos razones para plantear que la sanción sindical previa a la penal ha de producirse en un estadio distinto al que está en estos momentos ese procedimiento judicial», según Toxo.
Las otras ocho nuevas personas proceden tres de ellas de la federación de Madrid (Francisca Gómez, Carlos Gutiérrez y Paula Guisande), dos de Castilla-La Mancha (José Luis Gil y María Dolores Santillana), de la federación de Castilla y León (Mariano Sanz), de la federación de Construcción (Elena Blasco) y de la federación de Industria (Mercedes González).
5 comentarios
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Antes un Toxo y ahora un Sordo. Quien será el siguiente, un Cojo ?.
Bueeeno... peor sería que además de Sordo fuera Mudo.
Este lo tiene facil cuando le pregunten por el dinero que llega a los sindicatos y se esfuma....... contestara. .. es que soy Sordo. Y no mentira sera el unico sindicalista que ira con la verdad delante
Muchos se reirán, pero la sordera no tiene por qué ser un problema para ser un buen secretario de CCOO. Los hay con muy buen oído y son auténticos inútiles.
De momento que nos diga que han hecho con los cientos de millones de ayudas a sindicatos en los últimos años, con los eres, con los liberados que corrompen la economía pública y privada. Que nos diga si van a vivir de cuotas o seguir con sueldos bonitos y viviendo del presupuesto del EStado. Estos sindicatos verticales y geométricos son una estafa, nos cuestan un ojo de la cara y nos patean con las huelgas políticas. Que nos diga cuantos son, lo que cobran y las horas reales que trabajan. Creo que uno de los graves problemas de este país son los sindicatos, que nada tienen que ver con los de las democracias serias como Alemania o Dinamarca. Transparencia y a vivir de las cuotas.