Franceso Arcuri, la expareja de Juana Rivas, a su llegada al Juzgado de Instrucción 2 de Granada. | Efe

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Juana Rivas continúa en paradero desconocido desde que el 26 de julio incumpliera la orden judicial de entregar al padre a sus hijos. Este martes tenía que acudir al Juzgado de Instrucción 2 de Granada después de que se abrieran diligencias previas para averiguar si había cometido los delitos de desobediencia a la autoridad judicial, de sustracción interparental de menores y de violencia psicológica habitual contra los hijos.

El que sí ha comparecido es Francesco Arcuri, la expareja de Juana Rivas. Ha llegado al juzgado tranquilo, acompañado del cónsul italiano y de su abogado, Adolfo Alonso, y ha mantenido la oferta de alcanzar un acuerdo para poder reencontrarse con sus hijos.

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Con su incomparecencia, Juana Rivas se expone a una orden de detención.

El letrado de Francesco Arcuri ha explicado a preguntas de los periodistas que llegan tranquilos aunque sobrepasados por una causa de la que ha lamentado un «desenfoque absoluto», tras lo que ha recalcado que no se trata de analizar una situación de «violencia de género» sino de una causa por secuestro interparental de menores reiterado en dos ocasiones. También ha pedido a la mujer que recapacite y ha reiterado que tiene «las puertas abiertas» porque «lo único que queremos son los niños, no va a tener ningún problema».

El letrado ha aclarado que decidirá en función de la comparecencia o no de Rivas y las citaciones, pero que podría pedir su detención y ha reiterado que es el juzgado el que dicta resoluciones. «No sé dónde está Juana ni los niños», ha sentenciado.