La vicepresidenta del gobierno Soraya Saéz de Santamaría, en el salón de plenos del Senado al comienzo de la reunión de la comisión conjunta constituida "ad hoc" para tramitar las medidas acordadas por el Gobierno, en la que se aprobará la propuesta del 155 que se elevará al pleno de la Cámara. | Efe

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La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha defendido este jueves la aplicación del artículo 155 de la Constitución para «rescatar» a Cataluña de la «irresponsabilidad política» y abrir una nueva etapa que suponga «el principio del fin de una reiterada desobediencia a la ley».

Sáenz de Santamaría, en su defensa del 155 ante la comisión del Senado encargada de tramitarlo, ha subrayado que, recurriendo a ese artículo, el Gobierno cumple con una obligación «legal, democrática y política».

A su juicio, los independentistas, en su empeño por construir una nueva Cataluña, han echado por tierra la mejor Cataluña de su historia, emprendedora, dinámica, acogedora, abierta y orgullo de todos los españoles y todos loa catalanes.

«No podemos olvidar esa Cataluña. Tenemos que rescatarla por mucho que algunos intenten imponer una nueva fuera de la ley», ha resaltado antes de subrayar que «no han traído la tierra prometida».

Considera que ya «se han roto las ensoñaciones y los engaños» y se está viendo la realidad de lo que supone el independentismo, con huida de empresas y entidades financieras, reducción del turismo y del consumo y «la sombra» de la desaceleración o la recesión.

La vicepresidenta ha explicado que el artículo 155 es «tan legítimo y democrático» como todo el título VIII de la Constitución, el mismo, ha dicho, que reconoce y regula el autogobierno de Cataluña y del resto de comunidades.

Ha recordado que otros países tienen un mecanismo similar y ya se tuvo que recurrir a él para hacer frente en 1989 a una actuación del Gobierno canario sin que tuviera que llegarse a adoptar medidas.

«Dentro de la excepcionalidad, no faltan referentes ni en el derecho comparado ni en nuestra historia democrática. Lo que no encontramos -ha puntualizado- es una referencia semejante a la actitud y actuaciones de las autoridades de Cataluña».

Tras recordar que el Gobierno ha recurrido al 155 con el apoyo de los grandes partidos constitucionalistas, ha lamentado que Puigdemont no haya respondido en ningún momento a los requerimientos del Gobierno.

Desde que el pasado sábado el Ejecutivo planteara las medidas del 155, ha dicho que sólo ha habido «ruido» por parte de la Generalitat.

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Ha subrayado que el 155 no puede interpretarse como el principio de un nuevo centralismo político, sino como «el principio del fin de una reiterada desobediencia a la ley, al interés general y al uso del autogobierno en contra de la propia autonomía.

«Se trata de proteger el autogobierno de Cataluña frente al desgobierno de los independentistas», ha resaltado antes de asegurar que con el 155 se da un paso a favor del Estado de derecho, de la lealtad entre instituciones y del respeto a la pluralidad y la diversidad.

En esa línea, ha acusado a los independentistas de no plantear en el Parlamento ninguna reforma de la Constitución que cree que habría sido el paso legal para intentar que sus aspiraciones se hicieran realidad.

«Pedimos su autorización para trabajar por la normalidad, por la tolerancia, por la buena convivencia, por la concordia, por la democracia, para que todos los catalanes, independientemente de cómo piensen, puedan sentirse unidos entre ellos y, después con todos los españoles», ha expuesto la vicepresidenta ante la comisión.

Ha acusado a la Generalitat y a los partidos que la sustentan de poner a las instituciones de Cataluña «al dictado exclusivo del independentismo», una aspiración que ha asegurado que es un viaje «que no lleva a ninguna parte» y que ha de llegar a su punto de retorno para volver al respeto a la legalidad y al interés general.

Esa es la «nueva etapa» que el Gobierno pretende abrir con el 155 tras la creciente «irresponsabilidad política» e «intolerancia» a las normas, a quien piensa distinto y a la verdad.

La vicepresidenta ha reprochado al expresidente de la Generalitat Artur Mas que lo único que se le ocurriera ante la crisis económica fuera la ruta independentista.

«Frente a una crisis que exigía esfuerzos y sacrificios, Artur Mas decidió sacrificar la convivencia en Cataluña y decidió culpar de todos los males de Cataluña al conjunto de los españoles», ha añadido.

Además, le ha responsabilizado de adelantar dos veces las elecciones autonómicas y de perderlas en ambas ocasiones. Tras Mas llegó Carles Puigdemot y con él la defensa de la tesis «referéndum sí o sí» y, según Sáenz de Santamaría, la imposibilidad de cualquier tipo de diálogo.

En ese contexto le ha criticado que no acudiera al Congreso ni tampoco hoy al Senado, al tiempo que le ha acusado de impedir a la oposición en Cataluña ejercer su labor en el Parlament.