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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha asegurado este martes que la situación política en Catalunya tras la celebración del referéndum del 1 de octubre -con las cargas policiales contra votantes- y la declaración de independencia en el Parlament «no ayudaban» a que la capital catalana fuera designada sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que finalmente se trasladará de Londres a Ámsterdam.

En una entrevista de TV3 recogida por Europa Press, ha defendido que las tres administraciones -Ayuntamiento, Generalitat y Gobierno- sabían de antemano que la situación política era un inconveniente, pero que la DUI y la aplicación del artículo 155 de la Constitución agravaron la situación: «Y unas cargas policiales dan una imagen de Barcelona como si tuviéramos las calles incendiadas todos los días», ha añadido.

Colau ha pedido al independentismo y al Gobierno central «reflexionar sobre que cuando se ponen situaciones extremas sobre la mesa, tienen consecuencias», y ha instado a no desaprovechar el trabajo realizado para la candidatura de la EMA.

«No ha podido ser la Agencia del Medicamento pero este trabajo de buena coordinación que se ha hecho en estos meses pongámoslo inmediatamente sobre la mesa para ver qué retos tenemos a corto y medio plazo», aunque no sean tan ambiciosos.

Así, ha avanzado que se reunirá con actores como Barcelona Global para ver qué puede hacer la ciudad para no perder oportunidades y continuar siendo «uno de los polos más importantes del ámbito universitario y de la investigación».

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Colau ha recordado que Barcelona, que quedó en quinto lugar, era la mejor valorada técnicamente junto con Ámsterdam y que incluso los trabajadores de la EMA habían mostrado su predilección por la capital catalana, pero que la decisión final la tomaban los estados de la Unión Europea: «Tienen en cuenta las cuestiones técnicas pero también hay otras consideraciones: intercambios de favores y muchas otras cuestiones que deciden a puerta cerrada».

Con la elección de la capital neerlandesa, Colau cree que la UE ha perdido una oportunidad para demostrar que confía en Barcelona, «una ciudad cosmopolita que siempre ha sido abierta al mundo y muy europeísta».

«Europa se ha mirado lo que pasa en nuestra casa con demasiada distancia y esto no sólo me parece un error o injusto, sino que es una debilidad», ha ahondado la alcaldesa, en referencia a la situación política catalana.

Una de las «fortalezas» de la candidatura barcelonesa era la designación de la Torre Glòries -antigua Torre Agbar- como sede, un edificio emblemático y preparado para albergar la institución inmediatamente con el que no contaban otras ciudades.

Colau ha agradecido a los propietarios que accedieran a paralizar sus planes y a ponerla a disposición de la EMA, y ha descartado que la torre pueda convertirse en hotel porque su licencia es actualmente para oficinas.