El Gobierno confía en que, si los independentistas logran ponerse de acuerdo para elegir al presidente de la Generalitat, éste, más allá de sus discursos, demuestre con hechos que acata la legalidad, pero, si no es así, garantiza que «no le temblará el pulso» para volver a restituirla.
Tras las elecciones del pasado domingo en Cataluña, las formaciones independentistas tienen la mayoría suficiente para que uno de sus representantes consiga ser investido presidente.
No hay por el momento nombres alternativos sobre la mesa del expresident y cabeza de lista de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, que permanece en Bruselas.
Su partido está estudiando fórmulas reglamentarias que puedan hacer posible su investidura, aunque no esté presente en el correspondiente debate en el Parlament.
Fuentes del Gobierno de Mariano Rajoy aseguran a Efe que, permaneciendo en Bruselas, Puigdemont nunca podrá ser investido y se limitan a remitir a la decisión judicial que se adoptará en su caso si el expresident decide regresar a España, es detenido y depende de un juez que pueda acudir o no a una sesión de investidura.
Lo que el Ejecutivo recalca es que tanto Junts per Catalunya como ERC sabían a la hora de hacer sus listas electorales la situación procesal en que se encontraban Puigdemont, Oriol Junqueras y otros exconsejeros catalanes que permanecen en prisión o fuera de España.
«Ahora deben asumir las consecuencias de sus decisiones», subrayan las fuentes citadas. Por tanto, aún quedan muchas incógnitas por despejar antes de que un candidato logre ser investido en el Parlament.
Si finalmente lo consigue un representante de los partidos independentistas, el Gobierno cree que, más allá de sus declaraciones y discursos, sus hechos se adecuarán a la legalidad, porque ya sabe cuáles son las consecuencias de no hacerlo.
Espera, por tanto, que «la historia no se repita» y, pese a las diferencias, sea posible el «diálogo sincero» en favor del interés general que ofreció Rajoy el pasado viernes en su primera valoración pública tras las elecciones catalanas.
Pero si no lo hace y vuelve a saltarse los límites de la Constitución y el Estatut, las fuentes citadas insisten en que al presidente del Gobierno «no le temblará el pulso» para hacer «todo lo necesario» con el fin de garantizar la legalidad.
Ante la posibilidad de que eso suponga recurrir de nuevo al artículo 155 de la Constitución, insisten: «Todo lo necesario». No obstante resaltan que se trata de un escenario que no desean y que no esperan que ocurra.
Mientras en el Gobierno se reitera la llamada a la tranquilidad y a esperar la evolución de los acontecimientos, en el PP los ánimos están muy bajos y hay una evidente preocupación por lo que ha pasado en Cataluña.
Son varios los dirigentes que advierten de que no será fácil remontar la situación tras haber obtenido los peores resultados de su historia en esta comunidad y quedarse sólo con tres diputados.
Coinciden todos los dirigentes populares en que hay que hacer una reflexión, un «replanteamiento profundo» en palabras del propio candidato a la Generalitat, Xavier García Albiol, quien se mantiene, por el momento, al frente del PPC: quiso dimitir pero Mariano Rajoy le pidió esperar.
La idea, señalan algunas fuentes, es plantear un cambio de liderazgo a medio plazo, pero no en un momento tan delicado como el actual. Y antes de cambiar nombres hay que hacer un análisis profundo de lo ocurrido.
La primera reacción de los «populares» al conocerse los resultados no fue la autocrítica sino el reproche a Ciudadanos, por haber pretendido «ganar solo» al independentismo y no ayudar con su estrategia al bloque constitucionalista en su conjunto.
Pero también han admitido muchos que el PP no ha sabido vender, o no la hecho con el tiempo suficiente, el mensaje de que, debido al reparto que hace la Ley electoral, había varios escaños que este partido se jugaba directamente con el independentismo y que por haberse ido tantos votos a Ciudadanos han acabado recayendo en formaciones secesionistas.
Pese al mal momento que vive el partido, todos hacen piña en torno a Rajoy. Y hay quienes apuestan por empezar cuanto antes la reflexión interna y dejar de echarle la culpa a los demás y mucho menos a quien ha ganado las elecciones, Inés Arrimadas, como apuntó el viernes el presidente gallego, Albert Núñez Feijóo.
Lo que preocupa, y mucho, a barones y dirigentes es el efecto negativo que los resultados electorales pueda seguir teniendo en Cataluña, sobre todo para la economía.
Pero también advierten de otras dificultades que pueden surgir y que afectan directamente al Gobierno, como la dificultad de explicar en Europa lo que ocurrido o la posibilidad de que los independentistas se «envalentonen» -como apunta un dirigente autonómico- y hagan complicada la aplicación, aún vigente, del 155.
10 comentarios
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Con lo bién que estábamos cuando no había gobierno.
Lo q esta claro tanto unos como otros tendran q entenderse,todo esto al margen de quien gobierne en españa,la verdad esque ni unos son tan buenos ni los otros son tan malos
pero si no té representació a catalunya!! mare meva aquest postpaquito
A estos el pulso solo les tiembla cuando ven amenazada su forma de vida corrupta. Y ahora dos millones catalanes independentistas y dos millones mas de catalanes de derechas les han dicho NO. VAYANSE. En las proximas elecciones les temblara todo el cuerpo cuando vean que la pasta de la que abusan y que es su unico interes queda en manos de los de Ciudadanos. O del cualquier nuevo partido con discurso centrista.
Antes de pedir el derecho a decidir, se ha de pedir el derecho a conocer la verdad, derecho a que a que no te mientan, derecho a que no te manipulen. O se actua sobre el sistema educativo y medios de comunicacion en Cataluña o esto solo sera un parentesis. No se trata de cambiar unas mentiras por otras, sino de cambiar ese cuento victimista infantil catalanista por algo que se acerque mas a la realidad. Tanto en Cataluña como en Baleares.
Pues muy bien . Vamos.... Qué habéis ganado pueblo catalán pero no os dejaré hacer nada o les mataré a palos ... misma política que nos llevó a esta ruptura social en Catalunya. A este ritmo terminará España con Catalunya como los palestinos e israelíes sin darnos cuenta
Lo que tiene que "acatar" el Gobierno es la voluntad de los catalanes.
muy bien,, a ver si es verdad,,,
Han dejado clarisimo que no les "tiembla nunca el pulso" cuando se trata de promover y tapar a la corrupcion y que sus declaraciones son pateticamente falsas y antidemocratas. Esta gentecilla que por "interes" aun les vota y no les exige verdad y buen gobierno .... a ver si despiertan y se dan cuenta de que a ellos y a sus hijos TAMBIEN les estan robando y expulsando del mundo desarrollado. Que la democracia o es o no es y si es, es para todos y requiere VERDAD Y VALOR. Y que ese "gustillo" que por sadismo y-o cobardia se estan dando a cuenta de los catalanes les saldra muy caro.
Rajoy es un inepto. Los culpables de esta situación son muchos de los militantes y simpatizantes del PP. Con Aznar este desastre no habría ocurrido.