La entrevista al expresidente lideró las cifras de la parrilla televisiva este domingo en Cataluña. | TV3 (Twitter)

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El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha abierto la puerta a que JxCat cambie de candidato a la Presidencia si se mantiene la imposibilidad de investir al candidato actual: «Si no es posible investir a Jordi Sànchez tenemos que proponer a otro candidato».

Lo ha dicho en una entrevista de TV3 desde Berlín (Alemania) emitida este pasado domingo y recogida por Europa Press, donde ha asegurado que no quiere que haya un adelanto electoral en Catalunya, pero ha advertido: «Al Estado le interesa que haya elecciones para ver si nos peleamos».

No ha aclarado cuál es el nuevo nombre que propondrá su partido para optar a presidente, ni si será él mismo quien asuma el reto, y solo ha precisado que es partidario de la reforma que se está tramitando de la Ley de la Presidencia para poder hacer investiduras a distancia, es decir, sin que el candidato tenga que ir al Parlament.

Puigdemont ha insistido en que su preferencia no es celebrar elecciones, pero también ha advertido de que el nuevo Govern tiene que ser fiel a los postulados independentistas, ya que si no no tiene sentido crearlo: «Quieren un Govern de rodillas y esto no se lo podemos dar. La moción de censura sería de la gente».

«Nuestra obligación es buscar fórmulas para que no haya elecciones», ha zanjado Puigdemont, que ha reiterado que ni él ni Toni Comín tienen pensado dejar el escaño y dejar paso a dos diputados que no estén encausados y que sí puedan votar en los plenos sin riesgos legales.

Puigdemont ha cargado en varias ocasiones contra el juez del Tribunal Supremo que instruye la causa sobre el proceso soberanista, Pablo Llarena, y ha defendido la querella que el Parlament ha decidido presentar contra el magistrado: «No nos podemos doblegar, han hecho muy bien en presentarla».

Ha acusado al juez de haberse convertido en el diputado número 136 del Parlament -la Cámara catalana tiene 135- y ha asegurado que sus decisiones no solo son un ataque «a lo que ha decidido el pueblo de Catalunya, sino también a medidas cautelares dictadas por Naciones Unidas».

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Ha asegurado que haber sido detenido en Alemania no formaba parte de ninguna estrategia suya para obligar a este país a involucrarse en el conflicto catalán, no ha querido vaticinar si será extraditado o no y ha concluido: «No quiero ser un problema para nadie», en alusión a los países en los que vive.

También ha defendido que el independentismo debería presentarse con una única lista en las elecciones municipales de Barcelona, ya que considera que la ciudadanía avala la unidad del soberanismo en un momento de «extrema gravedad» como el actual.

Ha considerado que esta unidad debería materializarse en tantos municipios como fuera posible, y sobre todo, en la de la principal ciudad catalana: «La máxima unidad en todas partes. Es imperioso que haya la máxima unidad para gobernar la capital del país. El momento histórico catalán requiere de la máxima unidad».

Preguntado por si tiene una mala relación con ERC, lo ha negado, y ha replicado que la muestra más evidente es que en las últimas catalanas quiso presentarse en una lista conjunta con los republicanos: «Me siento más cómodo en la unidad que en las trincheras de partido».

Ha explicado que prepara un libro para el mes de septiembre, no tanto para entrar en los detalles de los días clave en los que el Parlament declaró la república, sino con la intención de exponer a los países de la UE la «revolución catalana», que ha asegurado que es pacífica.

Bajo el paraguas de una editorial belga, el expresidente argumenta que no interesa abordar las «morbosidades» de los días previos a que el Gobierno aplicara el artículo 155, sino explicar a Europa por qué los catalanes quieren la independencia y por qué, a su juicio, es una oportunidad de mejora democrática para todo el continente.

Ha explicado que, el día previo a declarar la independencia y cuando se debatía en dar marcha atrás y convocar elecciones, un ministro le contactó preguntándole si aceptaría hablar con Rajoy, y ha asegurado que él sí aceptó: «La respuesta al cabo de pocos minutos fue que el otro --el presidente-- no quería».

También ha apuntado que liderará el 'Consejo de la República', una suerte de gobierno catalán en el extranjero, y ha asegurado que la exdiputada de la CUP Anna Gabriel tiene un puesto si lo desea, además de defender que Oriol Junqueras debería estar en el próximo Govern si él lo quiere: «Tiene derecho a estar donde crea que tiene que estar».