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María Dolores de Cospedal ha vuelto a poner sobre la mesa su apuesta de integración en el proceso de sucesión en el PP y ha propuesto que, tras la primera vuelta del 5 de julio, se consensúe una candidatura única, aunque ni Soraya Sáenz de Santamaría ni Pablo Casado han recogido el guante.

Ambos han insistido en que también quieren integración en sus respectivos proyectos, pero Casado ha defendido que haya segunda vuelta y Soraya Sáenz de Santamaría se ha limitado a asegurar que siempre se inclinará por la «generosidad» y lo hará «antes, durante y después».

En este tercer día de campaña, los candidatos a presidir el PP han continuado recorriendo el país: Cospedal ha estado en Murcia y viaja también a Almería; Casado visita cuatro provincias andaluzas, Córdoba, Sevilla, Málaga y Cádiz; y Saénz de Santamaría ha estado en Melilla y acaba la jornada viendo el partido de España en el Mundial de fútbol junto a militantes del barrio madrileño de Vallecas.

Esta mañana, María Dolores de Cospedal ha puesto sobre la mesa la necesidad de que los candidatos lleguen al congreso extraordinario del 20 y 21 de julio con un consenso previo, con una candidatura única que se pacte tras la primera vuelta del día 5.

Y ha asegurado que ella se integraría en una candidatura encabezada por Soraya Sáenz de Santamaría si la exvicepresidenta fuese la más votada en esa primera ronda.

A su vez, Sáenz de Santamaría ha respondido a esta propuesta subrayando que está «comprometida con la generosidad» ahora, más tarde y al final de este proceso, pero no ha ido más allá y ha insistido en que la suya es una candidatura «en positivo».

«El día 21 no hay que preguntarle a nadie en qué candidatura estaba, sino cómo vas a trabajar para ganar las elecciones», ha dicho Sáenz de Santamaría.

Pablo Casado, por su parte, ha sido claro: entiende que el partido tiene que «cumplir las normas que se ha dado», y por eso «la segunda vuelta se hace para algo», ha dicho, y da a los compromisarios el voto final. Ha añadido, no obstante, que su candidatura también está «abierta a la integración».

La propuesta de Cospedal ha tenido distintas lecturas dentro del partido. Un dirigente partidario de Sáenz de Santamaría ha insinuado a Efe que Cospedal puede verse «descolgada» y quiere asegurarse un puesto en el futuro.
Por el contrario, un «barón» ha subrayado que el sentir de Cospedal es el que tienen muchos otros dirigentes regionales, que querrían esa candidatura de unidad en el congreso, aunque ha advertido que dependerá del resultado del día 5 -si es igualado, ve más posible la búsqueda de consenso- y de la «voluntad y generosidad» de los candidatos.

En esta línea, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, ha considerado que la propuesta de Cospedal de consensuar una única candidatura tras el 5 de julio «refleja lo que todos los militantes y afiliados del PP quieren: que pase lo que pase haya unidad».

Pero advierten los «populares» consultados que todo, por el momento, es muy incierto. Nadie sabe lo que puede pasar, y por eso los «barones» están siendo prudentes, según admite uno de ellos.

Por eso, la mayoría no tiene intención de pronunciarse ni decir quién es su favorito hasta después del día 5 y, una vez visto lo que han votado los afiliados, no solo en el conjunto de España sino también en sus territorios.
En esta jornada, Pablo Casado ha vuelto a sugerir que está habiendo «presiones» a cargos públicos y orgánicos del partido para condicionar su voto, aunque no ha acusado de ello de forma explícita a ninguna candidatura en particular, y ha insistido en pedir «juego limpio».

Y Cospedal, por su parte, ha advertido de que la renovación en el PP no puede servir para convertirlo en «otro partido».«No quiero ser una copia mala de Ciudadanos; somos el original, ellos son la copia, por cierto nada buena», ha dicho.

Mientras, Sáenz de Santamaría ha insistido en su tesis de que puede ganar a Pedro Sánchez en unas elecciones, de ahí que quiera explicar también qué políticas defiende frente a las del Gobierno socialista.

Todo en una jornada en la que José Manuel García Margallo ha reprochado a estos tres candidatos no tener un programa y ha presentado el suyo.

Margallo, que ha estado en Galicia con Alberto Núñez Feijóo y al que le ha entregado dicho programa, propone, entre otras cosas, limitar los cargos orgánicos a ocho años y que el secretario general tenga dedicación exclusiva.