Cansados, pero sanos, contentos y agradecidos, han desembarcado la mañana de este miércoles en el puerto de Barcelona los 60 inmigrantes que fueron rescatados por la ONG Open Arms el pasado día 30 frente a las costas de Libia.
Ante una enorme expectación mediática, con más de 80 periodistas acreditados para cubrir la llegada del barco al puerto barcelonés, y con puntualidad, el Open Arms ha atracado en el muelle de cruceros del puerto, donde la Cruz Roja ha montado un dispositivo de acogida.
El barco ha llegado al puerto de Barcelona escoltado por el otro barco de la oenegé Proactiva Open Arms, el Astral, el remolcador de Salvamento Marítimo Punta Mayor, una patrullera de la Guardia Civil y el histórico velero Barceloneta, que ha salido a acompañarle en su entrada a la capital catalana.
Después de que los médicos de Sanidad Exterior hayan hecho una primera revisión a los 60 inmigrantes para comprobar que no padecían enfermedades infecciosas, han podido ir bajando del barco, no sin antes despedirse con abrazos y muestras de cariño de la tripulación del Open Arms.
Acompañados por voluntarios y técnicos de la Cruz Roja, los inmigrantes han sido identificados y filiados por los agentes de la Policía Nacional, a quien competen los temas de extranjería.
Los agentes han verificado que se trata de ocho palestinos, ocho de Sudán del Sur, tres de Mali, cinco sirios, uno de Burkina Faso, otro de Costa de Marfil, cuatro eritreos, ocho egipcios, tres de República Centroafricana, dos de Camerún, dos etíopes, seis libios, ocho de Bangladesh y un guineano.
En total, 14 nacionalidades diferentes y, entre ellos, cinco mujeres y cinco menores de edad, tres de ellos no acompañados.
Aunque inicialmente los médicos creyeron que alguna de las mujeres pudiera estar embarazada, finalmente ninguna de ellas lo está, según han confirmado fuentes de la Cruz Roja, que ha desplegado un equipo de 70 técnicos y voluntarios, cinco vehículos logísticos y dos ambulancias.
La Delegación del Gobierno en Cataluña, que ha coordinado el operativo de acogida, ha confirmado que los inmigrantes que han llegado en el Open Arms tendrán un permiso especial de estancia legal en España de 30 días, los que prevé la Ley de Extranjería para los inmigrantes de manera excepcional por motivos humanitarios, y no de 45 como habían anunciado anteriormente.
El director de la ONG Proactiva Open Arms, Òscar Camps, ha exclamado: «¡Que sensación tan agradable al volver a casa!», cuando el barco insignia de la organización ha enfilado la bocana del puerto de Barcelona.
«Qué tristeza tan grande saber que ayer murieron 63 personas más. Llevamos solo 60 personas: podríamos haber salvado 270 más», ha dicho Camps, que ha recordado que los inmigrantes «vienen de sufrir abusos, explotación, tortura, violaciones y esclavitud en Libia» y ahora «le dan la bienvenida a Barcelona».
Mientras llegaba el barco, dos escaladores, activistas de la organización Proactiva Open Arms, han colocado un chaleco salvavidas gigante de color naranja en la emblemática estatua de Cristóbal Colón en Barcelona, al final de las Ramblas.
Al mismo tiempo, una decena de inmigrantes subsaharianos han llegado esta en autobús a la Estación del Nord de Barcelona procedentes de Córdoba, ha informado la Cruz Roja, que ha desplazado un equipo para atenderles y acompañarles en la acogida.
Fuentes de la Cruz Roja han informado a Efe de que la llegada de los inmigrantes procedentes del sur de España, adonde llegan cruzando el Estrecho en pateras, es diaria.
Desde principios de pasado mes de junio han llegado a Barcelona procedentes de Andalucía más de 700 inmigrantes, que son atendidos por la Cruz Roja y muchos de ellos prosiguen al cabo de unos días su tránsito migratorio hacia otros países europeos.
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