En su escrito de acusación contra seis personas por este caso, la Fiscalía también reclama 7 años de cárcel a la esposa de Rosell, Marta Pineda (a quien le pide una multa de 50 millones), y otros 10 años al abogado andorrano Joan Besolí (multa de 55 millones).
Los otros tres acusados en este caso, del que se abrirá juicio próximamente, son el ciudadano libanés amigo de Rosell Shahe Ohanneissian, quien se enfrenta a una petición fiscal de 7 años de cárcel y multa de 40 millones, y otros dos presuntos testaferros, Pedro Andrés Ramos y Josep Colomer, para quien le Fiscalía pide 8 y 6 años de cárcel, respectivamente.
En el escrito, la fiscal afirma que los acusados, «al menos desde el año 2006, formaron una estructura estable, reforzada por vínculos de amistad y parentesco, dedicada al lavado de capitales a gran escala» dirigida por Rosell, en prisión por este caso y que era quien distribuía los roles dentro de la organización.
Los encausados, añade, facilitaban a la organización de Rosell «sus relaciones personales y profesionales, sus conocimientos sobre operativa bancaria, la creación y uso de denominaciones sociales de las que eran titulares -muchas de ellas, puramente instrumentales, sin infraestructura y radicadas en paraísos fiscales y/o territorios 'offshore'-, sus identidades y hasta sus propias cuentas bancarias».
Todo ello para «permitir a otros la realización de determinadas operaciones cuya finalidad era la incorporación al tráfico legal de los beneficios obtenidos en actividades penalmente relevantes cometidas en cualquier país del mundo».
En este caso, les atribuye blanquear casi 20 millones de euros de mordidas obtenidas por el que fuera presidente de la CBF entre 1989 y 2012, Ricardo Teixeira, concretamente 14.972.612 millones que cobró en comisiones ilegales por los derechos de retransmisión de 24 amistosos de la selección brasileña y otros 5 millones de un contrato de patrocinio con la marca Nike.
De ese dinero, Rosell y su mujer percibieron 6.580.000 euros de los amistosos y el expresidente del Barcelona ayudó, con la colaboración de otros acusados, a ocultar parte de la comisión de 5 millones que recibió por Teixeira del contrato con Nike, detalla la fiscal.
En el escrito, la Fiscalía destaca que Teixeira -que está siendo investigado en Brasil por estos hechos, en Estados Unidos por cobrar sobornos de la CBF y también en Andorra y en Suiza- se quedó ese dinero «con claro abuso de su posición y en perjuicio de los intereses cuya gestión tenía y tiene encomendada la Confederación», dice el escrito de acusación.
El contrato de los amistosos lo firmó en 2006 Teixeira con una sociedad árabe domiciliada en las Islas Caimán (International Sports Events) y vinculada al grupo saudí Dallah Albaraka Group, dirigido a su vez por el jeque billonario de este país Saleh Kamel.
Según la investigación, en el contrato se impuso a la compradora los pagos de unos fondos de los que se apropiaron Rosell y Teixeira en perjuicio de confederación brasileña.
En el caso de Rosell, recibió los 6,5 millones mediante cinco transferencias hechas entre noviembre de 2010 y enero de 2011 a cuentas en España a su nombre y el de su esposa, provenientes de cuentas de Suiza y Arabia Saudí vinculadas al jeque.
El expresidente del Barça declaró a Hacienda que esos pagos fueron por la venta en mayo de 2011 de una mercantil propiedad suya y de su mujer (BSM) a una sociedad en el Líbano del acusado libanés Shahe Ohanneissian, pero se sospecha que en realidad respondieron a las comisiones por los amistosos.
Para dar apariencia de legalidad al cobro de las comisiones de Texieira, los acusados movieron presuntamente parte del dinero a través de un entramado societario y transferencias bancarias que terminaron en cuentas de Andorra en las que estaban autorizados Rosell y Besolí.
En cuanto al contrato de patrocinio de la selección brasileña firmado por la CBF con Nike, en el que una sociedad de Rosell (Ailanto) figuraba como intermediaria, en la causa figuran una serie de operaciones en una cuenta andorrana vinculada al expresidente del Barcelona para ocultar el pago a Teixeira 5 millones de euros (5,8 de dólares) de mordidas.
Rosell alegó que ese dinero era la devolución a Teixeira de un préstamo recibido en 2008, versión que no cree la Fiscalía, y además parte de esos 5 millones (724.000 euros/842.000 dólares) fueron a parar a cuentas de exsecretario general de la FIFA Jérôme Valcke, investigado por corrupción.
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