La Casa Blanca divulgó hoy la foto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, junto a sus respectivas esposas. | Andrea Hanks

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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendió este martes en Nueva York la fortaleza de su Ejecutivo y aseguró que su intención es no adelantar las elecciones generales y convocarlas cuando tocan, en 2020.

«Yo aquí me voy a quedar hasta 2020. Lo creo», aseguró Sánchez en su intervención en inglés ante el Consejo de Relaciones Exteriores con motivo de su presencia en Nueva York para participar en la apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

En medio de las críticas a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, después de que se filtraran nuevos audios grabados en una comida que compartió en 2009 con el excomisario José Villarejo, el jefe del Ejecutivo, sin referirse en momento alguno a esa situación, garantizó que su Gobierno es fuerte.

Con más fortaleza según él que el Gobierno anterior presidido por Mariano Rajoy porque cuenta también con «un apoyo parlamentario fuerte» y está aprobando reformas importantes.

Así, destacó medidas de carácter social entre las que citó la defensa de la igualdad de género y la lucha contra la pobreza infantil.

Reconoció el jefe del Ejecutivo que ha atravesado momentos difíciles, como cuando tuvo que abandonar el liderazgo del PSOE, pero subrayó que lo importante es que, cuando uno se cae, pueda volver a levantarse

Eso cree que antes no era posible en España, pero que él ha tenido suerte y ha podido hacerlo.

Sánchez, que bromeó sobre la posibilidad de escribir en el futuro un libro sobre su experiencia política desde 2014, no quiso tampoco lamentarse por lo que ha sufrido él en particular porque cree que muchos españoles han sufrido también mucho por la crisis económica.

A su juicio, la política española ha sufrido varios terremotos, el primero de ellos el protagonizado por los votantes progresistas de centro-izquierda con la lucha entre Podemos y el PSOE, el segundo el movimiento independentista catalán, y uno actual que cree que están viviendo «las derechas» con la pugna entre PP y Ciudadanos «para ver quién lidera la oposición al Gobierno socialista».

También reiteró su intención de que el Parlamento pueda aprobar el proyecto de ley de presupuestos del próximo año que presente su Gobierno y dijo que las líneas rojas para las cuentas del Estado pasan por el cumplimiento de los compromisos con Bruselas.
Unas líneas rojas que asegura que comparten los grupos que pueden dar su respaldo parlamentario a esos presupuestos.

Sánchez hizo un repaso de las principales políticas que está poniendo en práctica para evidenciar el cambio que está suponiendo su llegada al Gobierno para mejorar el Estado del bienestar y situar la dignidad humana en el centro de su acción.
Además, recalcó el europeísmo de los españoles y se mostró convencido de que la mejor receta contra los movimientos populistas en el continente es una UE más fuerte.

En el coloquio posterior a su intervención fue preguntado por la posición que está manteniendo con Venezuela el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y subrayó que está muy vinculado a lo que ocurre en ese país, pero que la posición oficial del Gobierno es la que él (Sánchez) representa.