El docente, que era en la época de los hechos coordinador de Educación Infantil y Primaria en este centro religioso, afrontaba una petición fiscal inicial de 155 años de cárcel por catorce delitos de abuso sexual, cuatro delitos de abusos sexuales a mayores, siete delitos de elaboración de pornografía infantil y otros tres en la modalidad de continuados.
El juicio se ha celebrado a puerta cerrada en la Audiencia de Madrid y tras una media hora ha concluido con un acuerdo de conformidad ratificado por las partes. Solo se ha dejado pasar a la prensa unos minutos para tomar imágenes, momentos en los que el procesado se ha cubierto con una capucha. Tras concluir, ha sido conducido engrilletado hasta los calabozos de estas dependencias judiciales.
Fuentes fiscales han precisado a Europa Press que se le ha rebajado a 130 años al aplicarle varias atenuantes por haber abonado el pago de la indemnización, así como la retirada de la acusación de dos perjudicados mayores de edad. En concreto, se le han retirado dos delitos de abusos sexuales a mayores de edad.
En la propia sala, el acusado ha querido pedir perdón a las familias y ha reconocido todos los hechos de los que se le acusa. El cumplimiento efectivo serán 17 años de cárcel de los 130 años que se le impondrán en la sentencia.
Además, se ha establecido que, una vez concluya su reclusión en el centro penitenciario, entrará en vigor el protocolo de libertad vigilada del reo, quien estará obligado a acudir a cursos de educación sexual, todo ello bajo control de la autoridad judicial competente.
Como medida complementaria, el tribunal sentenciador ha dispuesto órdenes de alejamiento del sentenciado con cada una de sus víctimas una vez haya concluido su estancia en prisión, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 57 del Código Penal.
Así, el exprofesor no podrá acercarse a menos de 500 metros de cada uno de los perjudicados ni de sus domicilios ni centros educativos, ni comunicarse con ellos por cualquier medio.
En el relato de los hechos, el fiscal indica que los hechos se produjeron entre el 7 de julio de 2013 y el 28 de agosto de 2016, fechas en las que el encausado elaboró pornografía infantil con las imágenes que tomó.
La Fiscalía indica que a partir del verano de 2013 con motivo de un campamento de verano en la localidad de Colado Mediano inició los abusos sexuales, que continuaron en otra actividad del centro que se celebró en Valdemorillo. También constan otros casos de abusos en otras salidas organizadas por el colegio en Granada y Valencia.
El acusado, según el Ministerio Público, realizó tocamientos en los genitales a los alumnos en sus dormitorios (generalmente cuando dormían) y realizaba fotografías con su teléfono móvil.
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