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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido este martes que, si no consigue sacar adelante los Presupuestos de 2019, su «vocación de agotar la legislatura» se verá «acortada».

Sánchez se ha pronunciado así durante su intervención en el foro económico The Economist, en la que ha añadido que la convocatoria electoral la decidirá «solo en base a un único objetivo: al interés general del país» no «en beneficio» de su partido «ni de nada más».

El jefe del Ejecutivo ha insistido en que cree «necesario» aprobar los presupuestos porque él asumió los del Gobierno del PP, que no eran suyos y «continuaban en la senda de recortes del estado de bienestar».

Ha asegurado que PP y Ciudadanos «no quieren saber nada» de estos presupuestos y que los partidos independentistas «están planteando unas exigencias que no tienen nada que ver» y son «imposibles de asumir por ningún Gobierno» porque «quieren judicializar la política».

Ha dicho que lo que está haciendo el PP es «equivocado» y ha considerado que, probablemente hasta que no haya unas elecciones y se vea «si el PP sobrevive al sorpaso, si es que lo hay» será «imposible que llegue a acuerdos» porque «como están en campaña permanente son incapaces de avanzar».

Sánchez ha asegurado que «no es conveniente para el país» que haya partidos «en campaña permanente» y se ha referido al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al que, ha dicho, «honestamente» no conoce.

«Hay partidos que el día de la moción de censura se les paró el reloj», ha continuado el presidente del Gobierno quien ha añadido que «todos» los partidos deberían trabajar por la «utilidad» de la representación parlamentaria que tienen porque «ha empezado una legislatura nueva».

Ha mostrado asimismo su preocupación por los «brotes de ultraderecha» que «estamos empezando a ver» y ha dicho que «tienen mucho que ver» con la «oposición irresponsable» que están haciendo PP y Ciudadanos.

«Les pediría que hagan una reflexión sobre su estrategia política», ha aseverado el jefe del Ejecutivo, pa quien «abandonar la moderación es arriesgado y peligroso» porque «alientan el auge ultraderechista».

«Que moderen su discurso para no alimentar estos brotes», ha concluido.