El presidente de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra, durante la constitución del plenario para el Pacto Nacional por la Movilidad Segura y Sostenible. | Europa Press

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha pedido al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, una propuesta «para dar voz a Cataluña», sin la que le ha asegurado que su posición es votar no a la investidura.

«Vuelva a la mesa del diálogo de donde no nos hemos levantado ni nos levantaremos nunca. Es con quien tienes diferencias con quien hace falta dialogar» ha escrito en una carta dirigida a Sánchez en La Vanguardia, donde también le ha pedido que anteponga el sentido de Estado a los intereses de partido y que no convoque unas nuevas elecciones.

«Le propongo un entendimiento basado en el respeto escrupuloso de los derechos humanos, civiles y sociales, incluido el derecho a la autodeterminación. Por que este es uno de los consensos de la sociedad catalana y se debe respetar», ha añadido Torra, que le ha afeado su gestión en el último mandato.

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Persecución

Para el presidente catalán, el balance no es positivo, porque a su juicio la llegada de Sánchez ha conllevado más represión: «Nuevas causas abiertas en los juzgados a instancias de los abogados del Estado, persecución ideológica a las acciones de Gobierno en el extranjero, un control extraordinario de las cuentas de la Generalitat», y le ha reprochado no haber cumplido con inversiones en infraestructuras ni haber destinado suficiente gasto social.

Le ha recordado que «accedió a la presidencia gracias al apoyo de la mayoría de los diputados catalanes, de los grupos independentistas», en lo que ha etiquetado como un gesto de generosidad y como un voto de confianza que a su parecer no se ha visto compensado.

«Le invito a mirar lejos. Que es la mejor manera de mirar de cerca a la gente que nos ha dado su confianza», ha seguido, y le ha emplazado a pensar una solución de largo recorrido.
Con todo, ha descartado darle apoyo en la investidura si continúa transitando un espacio que «encalla, enfanga y criminaliza la voluntad política y democrática de los catalanes», así como le ha dicho, literalmente, que no se puede gobernar contra Cataluña.