Sin embargo, paradójicamente, Sánchez es también el primer presidente del Gobierno que ha alcanzado el Ejecutivo gracias a una moción de censura. Sin haber obtenido el respaldo de la Cámara en un debate de investidura, Sánchez es presidente del Gobierno en funciones gracias a su victoria en la moción de censura de junio de 2018, que desalojó a Mariano Rajoy del Ejecutivo. Precisamente Rajoy es también el único otro candidato que se sometió a un debate de investidura y no lo sacó adelante.
Fue a finales de agosto de 2016, aunque el entonces presidente del PP probó de nuevo en noviembre de ese año y ahí sí salió investido gracias a la abstención del PSOE, evitando una nueva repetición electoral que ahora, tres años después, vuelve a planear en el horizonte.
Como Rajoy, Sánchez u otro candidato que pueda ser propuesto por el rey tiene también un margen de dos meses para intentar aunar los apoyos para ser investido.
Un plazo que expira el próximo 23 de septiembre, justo dos meses después de la primera votación del Congreso del pasado martes. En caso de que nadie lo consiga en estos dos meses, las elecciones generales se repetirán sin remedio el próximo 10 de noviembre.
La primera vez que Sánchez se sometió a un debate de investidura se produjo en marzo de 2016 después de las elecciones de finales del año anterior en las que, como ahora, ningún partido consiguió una mayoría clara.
El PSOE fue el segundo partido más votado, por detrás del PP y por debajo de los cien escaños, aunque la renuncia de Rajoy a someterse a la investidura pese al encargo del rey, hizo que Sánchez diera un paso adelante y decidiera ser él que optara a ser presidente del Gobierno.
Aquella vez, el líder del PSOE escogió como socio de investidura a Ciudadanos, con quien firmó un acuerdo que no fue suficiente para ser investido, ya que los números no llegaban.
En la votación, Sánchez solo obtuvo 131 síes, los del PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria y el rechazo del resto de la Cámara.
Tres años más tarde, sus dos socios en esa investidura fallida, Cs y CC, le han dado la espalda y se sitúan en el eje parlamentario opuesto al del PSOE. Esa investidura fallida puso en marcha el reloj constitucional que abocó a la repetición electoral del 26 de junio.
El PP volvió a ganar las elecciones, reforzando su liderazgo parlamentario y el PSOE y Podemos vieron mermados algo sus apoyos, después de no haber conseguido ponerse acuerdo para sellar un acuerdo conjunto.
Sánchez, ahora asentado en el Palacio de la Moncloa, ha optado esta vez por intentar cerrar un pacto con Unidas Podemos sin que de nuevo le hayan salido los números. Todavía tiene dos meses para intentarlo de nuevo.
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