Trece tiros de madrugada junto a la tapia del cementerio de la Almudena. Trece tiros que segaron de raíz a Trece Rosas que buscaban la luz entre la oscuridad. Trece tiros, sentenciados dos días antes entre 56 penas de muerte por pertenecer a la lucha antifascista e intentar la reorganización clandestina en Madrid, en los albores del régimen franquista.
Ochenta años son toda una vida, y son los que este lunes, 5 de agosto, se cuentan desde aquella alborada de sangre. Trece mujeres jóvenes, muchas no contaban ni veinte años, fueron detenidas por su compromiso político con las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Eso se dijo almenos, pero lo cierto es que unas estaban más implicadas que otras. Algunas, de hecho, no tenían ninguna filiación ni se sentían de izquierdas, como Blanca, la mayor de todas, madre de un niño pequeño y cuyo delito fue que la relacionaran con un músico comunista. Además de ella, doce nombres más. Carmen, Martina, Pilar, Julia, Adelina, Elena, Virtudes, Ana, Joaquina, Dionisia, Victoria y Luisa. Doce nombres cuyos verdugos pretendieron que quedaran enterrados en el olvido. Trece nombres en total que la conciencia democrática en la clandestinidad y en el exilio se grabó a fuego. Para no olvidar jamás.
Con la ocupación de Madrid los archivos del PCE habían quedado al descubierto. Con los papeles y las delaciones en la mano muchos fueron apresados y represaliados. Las torturas hicieron su parte y muchos nombres más vinieron detrás. A las Trece Rosas las detuvieron y se las llevaron a dependencias policiales. Allí las torturaron e hicieron lo que quisieron y cuanto quisieron con ellas. Después las acinaron junto a miles más en la cárcel de mujeres de las Ventas.
El 29 de julio de 1939 un atentado por parte de tres militantes de las JSU acabó con la vida de la hija del comandante de la Guardia Civil Isaac Gabaldón y de su chófer. El ataque no podía quedar impune. Fue considerado acto de guerra y a medio centenar de presos, entre los cuales catorce mujeres, se les acusó de atentar contra el «orden social y jurídico de la nueva España». Llegó la condena fulminante por «adhesión a la rebelión». Tan solo una mujer fue absuelta, fue la única que sobrevivió. Trece más fueron condenadas a morir junto al resto, fusiladas en la tapia del cementerio de la Almudena de madrugada. Desde entonces vivirían tan solo en la memoria colectiva, donde serían recordadas para siempre.
13 comentarios
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Si por lo menos tuvieran un mínimo de pudor y callárab no sería tan siniestro. Todo ocurrió por culpa del fascismo y del franquismo, pero no sólo no se pide perdón, si no que aún.se lanzan.sobre aquel que tímidamente ofrece una flor, un recuerdo, quizás una oración por aquellas pobres víctimas. Lejos de mi, quiero a esa gente sin vergüenza ni corazón
Y las checas? Los crímenes de retaguardia en Madrid entre la sublevación y la entrada de los nacionales? Esos tres años de comunistas y milicianos en los que el gobierno de la república se inhibió y a Azaña le entraron caguetas? Nunca se dice nada de eso. Resulta que se portaban requetebien. Mucha ignorancia es lo que hay. Se han de condenar equitativamente los crímenes de ambos bandos.
Qué pereza de noticia... qué aburrimiento la guerra del abuelito... no hi ha res com estar desenfeinat.
Tendremos que soportar el mismo cuento año tras año? Y los asesinatos de Para cuellos, no se recuerdan, verdad?
Pena me da el analfabetismo que padecemos y que no nos deja ni nos dejara progresar, Alemania e Italia dejaron atras sus verguenzas juzgando a sus asesinos. Aqui nunca comseguiremos digerir nuestro pasado, Los asesinos quisieron escribir la historia, a Dios gracias no lo consiguieron A por cierto lo de Paracuellos fue un asesinato sin sentido, pero solo en Mallorca tenemos muchos Paracuellos
Las huestes republicanas no asesinaron a nadie. Vergüenza de desmemoria Historica.
Recuerdo las batallitas de mi abuelo rojo por obligación , ya que iba así , o eres rojo o azul o uno u otro te fusilaba , y todo eso sin querer ser ni de uno ni de otros . En fin contaba batallitas , como la del Ebro , en la que perdí a un tío abuelo , y sobre todo hablaba de estas señoras, que en el fondo eran si rosas , pero con espinas , que mataban indiscriminadamente a todo aquello que se pusiera por delante , dando igual raza sexo o edad , sobre todo les gustaban los curas , en fin la guerra civil fue una aberración , todos mataban ninguno está libre de esa atrocidad , pero ya cansan todos los bandos intentando cómo hace ahora bildu y la ETA , de limpiar la cara intentando hacer pasar como mártires a asesinos , Franco fue un psicópata y encima lo veneran , igual pasa con estas y los republicanos , eran tan asesinos como el otro , y querían hacer lo mismo que el otro , y como siempre por las ansias de poder pagamos todos , como mi tío abuelo o mi propio abuelo .
Estuvo muy mal eso, pero peor fue lo de Paracuellos que fueron alrededor de cinco mil hombres mujeres y niños asesinados por la izquierda
veo que aun hay descendientes de los asesinos ejecutores de las victimas de las 13 rosas. Porque no meten la cabeza en la tierra y dejan de buscar justificantes de los fusilamientos.
SyR