Así se ha pronunciado en declaraciones a los medios de comunicación tras presentar un plan de igualdad en la sede de su Ministerio, preguntado por los avances logrados en la segunda reunión negociadora entre las delegaciones de ERC y el PSOE, de la que él forma parte, este martes en el Congreso de los Diputados.
En opinión del ministro, el «unilateralismo» a la hora de enfrentar este conflicto «ha fracasado», por lo que la primera condición para abordarlo es «no negar la existencia» del problema que «trasciende» la situación de Cataluña al afectar a la «institucionalidad» del Estado.
Lo que están intentando los socialistas en el diálogo con ERC es tratar de «encontrar cauces de expresión», desde «la asunción del problema», que eviten que nadie «tenga que recurrir a situarse fuera del ordenamiento jurídico», ha explicado. Eso sí, ha admitido que las dos partes aún tienen que «debatir» sobre la manera de encauzar ese conflicto.
Para permitir con su abstención la investidura de Sánchez, ERC exige el establecimiento de una mesa de diálogo entre el Gobierno español y el Govern catalán en la que poder canalizar las aspiraciones independentistas de celebrar un referéndum de autodeterminación. Los socialistas se niegan a debatir de aspectos que queden fuera de la Constitución y las leyes.
Ábalos ha evitado pronunciarse sobre si la posibilidad, cada vez más lejana, de que la investidura pueda celebrarse antes de las Navidades, más allá de preguntarse que, si es posible, por qué habría que demorarlo.
Sobre la ausencia de contactos entre Sánchez y el líder del PP, Pablo Casado, Ábalos lo ha achadado a la actitud del líder conservador, que «se empeña» en seguir «bloqueando» y en «descalificar» al PSOE y a su secretario general.
Bajo su punto de vista, que Casado recurra a quejarse de que Sánchez no le devolvió la llamada que le hizo la noche electoral para felicitarle no es más que una «coartada burda» para «seguir bloqueando» el país.
Ábalos ha recordado a Casado que él sabe mejor que nadie qué sería necesario para desbloquear la formación de Gobierno sin dejarla en manos de partidos independentistas porque fue precisamente el PSOE el partido que se abstuvo en 2016 para permitir la investidura de Mariano Rajoy. En esta ocasión, la abstención del PP también aseguraría la formación de Gobierno sin que ésta dependiese de formaciones independentistas.
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