Esta es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por La Caixa, que hoy publica la revista 'Environmental Research'.
El asma es la enfermedad crónica más común en la infancia y se ha asociado con una mayor morbilidad y mortalidad, y según algunos estudios previos el 33 % de los casos nuevos de asma infantil en Europa eran atribuibles a la contaminación atmosférica.
Este nuevo estudio se ha centrado en estimar el número de casos de asma infantil en la ciudad de Barcelona atribuibles a tres contaminantes atmosféricos principales: dióxido de nitrógeno (NO2), partículas finas (PM2,5) y carbono negro u hollín (BC).
La investigación partió de datos del censo de población de la ciudad y obtuvo las tasas de incidencia de asma en niños y niñas de entre 1 y 18 años de la base de datos del estudio de la Carga de Enfermedad Global (Global Burden of Disease).
Para estimar la carga de enfermedad del asma infantil, los científicos plantearon dos escenarios diferentes: el primero se basaba en los niveles máximos anuales de contaminación atmosférica contemplados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el segundo tomaba como referencia los niveles más bajos de polución detectados en una revisión de 41 estudios científicos anteriores.
En el primer escenario, si se cumplieran las recomendaciones anuales de la OMS, Barcelona podría evitar hasta 454 casos de asma atribuibles a NO2 (el 18 % del total de casos) y 478 en el caso de PM2,5 (el 19 %).
En el segundo escenario, con los niveles más bajos de contaminación del aire, se podrían evitar 1.230 casos atribuibles al NO2 (48 % del total de casos de asma), 992 en el caso de PM2,5 (el 39 %) y 789 (el 31 %) en el caso del carbono negro.
El investigador del ISGlobal y de la Universidad Estatal de Colorado y coordinador del estudio, David Rojas, ha destacado que «se trata de la primera evaluación cuantitativa de impacto en la salud, que incluye múltiples contaminantes (NO2, PM2.5 y BC) y el desarrollo del asma infantil, con una perspectiva de equidad en salud ambiental en Barcelona».
El estudio también se propuso describir la distribución del impacto de la contaminación atmosférica en el desarrollo de asma infantil según el nivel socioeconómico de las familias y clasificó la población de Barcelona con diversos indicadores educativos y laborales.
«El análisis mostró más exposición a la contaminación atmosférica y casos de asma infantil en los grupos menos desfavorecidos de la ciudad. En Barcelona, a diferencia de otras ciudades, la población con más poder adquisitivo tiende a vivir donde hay más tráfico y contaminación del aire», ha detallado Rojas.
«El transporte por carretera es una de las principales fuentes de contaminación del aire», ha añadido Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal y uno de los autores del trabajo.
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