El lehendakari, Iñigo Urkullu. | David Aguilar - LT - EFE - EFE

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado este lunes que adelanta las elecciones vascas para el 5 de abril «para ahorrar a los vascos ocho meses de campaña electoral permanente». Además, considera que era difícil que, en este clima, se aprobaran proyectos de Ley y cree que un nuevo Gobierno afrontará con «certidumbre y fortaleza» sus retos estratégicos.

En una comparecencia oficial celebrada en la sede de Lehendakaritza, Urkullu ha confirmado que las elecciones se celebrarán el primer domingo de abril. Después de que se haya especulado con esa fecha desde el pasado 4 de febrero, cuando se conoció que los miembros del Ejecutivo vasco habían realizado, en el seno del Consejo de Gobierno, una reflexión sobre la conveniencia o no de adelantar la fecha de las elecciones autonómicas, que en principio se desarrollarían en octubre.

El presidente del Ejecutivo vasco ha destacado que, «tras realizar un análisis compartido y en profundidad» de la situación actual, ha tomado la decisión de convocar las elecciones para el 5 de abril. Cuatro han sido las razones que esgrimido para proceder al adelanto electoral.

La primera, según ha asegurado, es «el clima electoral se ha instalado en Euskadi». «Hemos comprobado que la dinámica iniciada en el Parlamento Vasco va a hacer muy difícil avanzar en la aprobación de los proyectos o proposiciones de ley que se encuentran en tramitación. Son 29 iniciativas y es improbable que la gran mayoría de ellas puedan aprobarse en los meses que restan de legislatura», ha reconocido.

En segundo lugar, ha subrayado que «esta decisión se adopta en beneficio de la sociedad vasca». «Ahorramos a la ciudadanía una campaña electoral permanente a lo largo de los ocho próximos meses y la reducimos a solo dos», ha asegurado. De esta forma, considera que Euskadi «gana tiempo para adoptar, desde la certidumbre y el consenso, las decisiones que permitan responder a los retos estratégicos de futuro que tiene que abordar en los próximos años».

El Lehendakari ha asegurado que, a partir del día 5 de abril, se inicia una nueva etapa y la decisión adoptada les va a permitir «alinear» el programa y la gestión del Gobierno «a la realidad institucional de los Ayuntamientos y Diputaciones recientemente constituidos, al Gobierno español que acaba de ponerse en marcha y, también, a la nueva etapa iniciada en Europa».

Asimismo, ha añadido, además, que el nuevo Gobierno que se constituya tras el 5 de abril podrá estar en marcha antes del verano. Ello, según ha apuntado, permitirá al Ejecutivo poder aprobar las directrices económico-presupuestarias de cara al ejercicio 2021 «desde una posición de mayor certidumbre y estabilidad». «Convocar ahora las elecciones supone en la práctica ganar medio año», ha agregado.

Iñigo Urkullu ha indicado que, a partir de este momento, la sociedad vasca puede tener «la garantía y seguridad» de que el Gobierno va a seguir trabajando «con absoluta normalidad, tanto ahora como cuando se encuentre en funciones».

El Lehendakari ha recordado que el Presupuesto de este año está «aprobado y en ejecución» y el cumplimiento de las iniciativas del Programa de Gobierno, así como la negociación de las transferencias pendientes «se van a seguir manteniendo con el mismo nivel de exigencia y rigor que hasta la fecha».

Urkullu ha añadido que la convocatoria electoral va a permitir que el nuevo Gobierno que salga de las urnas «afronte, con certidumbre y fortaleza», los tres retos estratégicos que la sociedad vasca tiene por delante y que, según ha citado, son el reto tecnológico; el energético y climático; y el demográfico-social. «En solo dos meses la ciudadanía vasca decidirá la orientación de esta nueva etapa para Euskadi», ha apuntado.

Con la publicación este martes, 11 de febrero, en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) del decreto de disolución de la Cámara vasca y la convocatoria de los comicios, comienzan a correr los 54 días marcados por Ley para las elecciones.

La disolución del Parlamento supone el fin de la XI legislatura vasca. De esta forma, acaba el trabajo ordinario de la Cámara, aunque seguirá funcionando la Diputación Permanente. Por su parte, el Ejecutivo -que ha estado presidido por Urkullu durante los dos mandatos y probablemente repetirá un tercero- entrará en funciones al día siguiente de las elecciones.