El Ayuntamiento pensaba destinar 200.000 euros al proyecto, promovido por las productoras El Terrat y Mediapro. | Europa Press

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Las redes sociales se han convertido este sábado en el escenario donde la polémica sobre el concierto «Barcelona, ens en sortirem», finalmente suspendido, ha tenido un gran protagonismo, llegando a ser tendencia en España durante unas horas, con la participación de artistas, políticos y ciudadanos de a pie.

Una vez se supo que el Ayuntamiento pensaba destinar 200.000 euros al proyecto, promovido por las productoras El Terrat y Mediapro, la mayoría de los artistas que habían dicho que participarían dieron a conocer su renuncia, principalmente a través de sus cuentas de Twitter, argumentando que no conocían su coste y que en estos momentos de crisis, proceden otro tipo de inversiones.

Els Catarres, Txarango, Sopa de Cabra, Clara Peya, Stay Homas, Suu, Manolo García y Sílvia Pérez Cruz han sido algunos de los grupos y cantantes que se han pronunciado en este sentido y en las últimas horas han dicho que no a la iniciativa.

Este hecho ha comportado, que la alcaldesa Ada Colau haya informado este mediodía en un mensaje en las redes sociales de que, finalmente, el concierto «no se hará», lo que ha anunciado desde «la tristeza por la cancelación de un proyecto que se había gestado con la mejor de las intenciones», al tiempo que ha dicho asumir «los errores» que haya cometido en su gestación y denuncia «el partidismo político» hecho con el mismo.

Posteriormente, la presidenta del grupo municipal de JuntsxCat, Elsa Artadi, ha advertido a Colau de que «la confianza que le hace falta a la ciudadanía llegará tomando medidas reales y urgentes, no haciendo conciertos» y ha aseverado que el gobierno municipal «está ausente y desorientado en la respuesta a la crisis social y económica que ya sufre la ciudad».

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Artadi ha reclamado al equipo de gobierno del consistorio que «tome decisiones ya a favor de las familias, autónomos y pymes para hacer frente a la crisis que ha generado el coronavirus» y ha recordado que el grupo de JuntsxCat el día 30 de abril recibió con «perplejidad» el anuncio del concierto y registró una pregunta sobre la cantidad que se iba a destinar al mismo.

A pesar de la suspensión de acto, Artadi ha precisado: «mantenemos que queremos conocer todos los detalles del expediente que se había abierto, ya sea con la fórmula del contrato o del convenio, para cubrir este gasto, tanto antes como después de la fecha de rectificación, hoy 2 de mayo».

El presidente del grupo de ERC, Ernest Maragall, que ha calificado el concierto de «personalista y frívolo», ha considerado que se trataba también de un acto que «menospreciaba la cultura de base y los creadores, confundía espectáculo y cultura», a la vez que «empobrecía» a la institución. A la vez, piensa que era «inoportuno-oportunista» y ha avanzado que «pediremos explicaciones del proceso de contratación». El grupo del PP en el Ayuntamiento también había denunciado el coste del concierto «en un momento de crisis actual que no nos lo podíamos permitir».

A través de sus cuentas de Twitter se han sumado, asimismo, a la polémica desde el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a la presidenta del grupo En Comú-Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, o el sindicalista y exdiputado Joan Coscubiela.
Puigdemont ha afirmado que el «mayor daño» lo ha provocado el gobierno de la ciudad a la cultura. «Hay un populismo, extendido también a cierta izquierda, que considera que la cultura debe tender a ser gratis, porque piensan que así es accesible. La pésima gestión que de este asunto ha hecho la alcaldesa ha provocado el peor debate que se puede provocar: el del 'valor' monetario de la cultura».

Para Albiach, a veces «las cosas no salen bien, pero es de agradecer el esfuerzo del Ayuntamiento de Barcelona en cultura, donde destina más del 5% de su presupuesto. La Generalitat sólo el 1%. Así que pocas lecciones de según quién y menos oportunismo político. Seguimos».

Joan Coscubiela ha apuntado que la cancelación del concierto «no ayudará nada a la reivindicación del mundo de la cultura para dedicar recursos públicos a apoyar las industrias culturales».