El paso de Euskadi a la fase 3 de desescalada este lunes ha supuesto la vuelta de las visitas de los familiares a los usuarios de las residencias de mayores. | David Aguilar

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La polémica por la decisión de la Comunidad de Madrid de desaconsejar el traslado a los hospitales de los mayores en residencias con COVID-19 lleva acompañada una pregunta: ¿quien dispone finalmente cuando un residente, con alguna patología, debe ser tratado en un hospital o centro especializado?

Una cuestión que contesta José María Toro, vicepresidente del Círculo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), integrado por las patronales mayoritarias de atención a los mayores y personas con capacidades diversas.

La explicación es la siguiente: cada una de las residencias tiene normalmente un protocolo de derivación hospitalaria, y en el mismo se recoge en qué caso debe proponer el traslado de un residente a un hospital o a un centro de especialidades.

Es una propuesta de derivación, porque el órgano que decide si esa persona va a un sitio u otro son las Consejerías de Sanidad o los hospitales de esa comunidad.

Es la argumentación que hace Toro al explicar lo que ha podido ocurrir en Madrid, que por la información que existe la comunidad «dio una pauta de actuación a los hospitales para ver cuando se debía derivar una persona de residencia al centro hospitalario, cuando normalmente cada hospital tiene su protocolo sobre cómo debe actuar en cada caso».

Ese es procedimiento normal en una derivación hospitalaria de un residente y nunca ha habido ningún problema, según Toro. «Si es grave te mandan una ambulancia; si no, vienen aquí», apunta.

El problema, según comenta, es que el sistema «se saturó»; se produjo una crisis sanitaria y se pensó que lo mejor es que se quedaran en las residencias que tienen enfermería y personal médico.

Sin embargo, las residencias replican que no están adaptadas para poder atender a los enfermos en esa situación, y ante el colapso que se produjo en muchas comunidades «no se derivó porque si no puedes atender a los que te entran por urgencias, es mejor que no me mandes a más gente».

Y eso ha pasado por la saturación del sistema, «no porque nadie no haya querido atender a la gente», subraya.

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En la Comunitat Valenciana, la Consejería, según Toro, que trabaja en la misma, no ha enviado un protocolo a todos los hospitales diciéndoles cuando hay que derivar o no, sino que cada hospital ha decidido su protocolo en base a criterios clínicos, que no obstante «también existen en el protocolo común de Madrid».

Esos criterios clínicos, también, limitan el perfil de la persona que puede ingresar de una residencia a un hospital, según el especialista, que menciona entre otros aspectos el tener un grado de dependencia elevado, ser mayor de 80 años...

«En Valencia -dice el experto- hemos querido derivar al hospital en algunas ocasiones y se nos ha dicho que no, según qué hospital, porque cada uno tiene un protocolo con unos indicadores y te dicen que se quede ahí y ha venido la unidad hospitalaria a domicilio».

Se lamenta porque es consciente de que no se puede atender de la misma manera en un hospital que en una residencia, y la pregunta sigue ahí, y varía, dependiendo de cada comunidad autónoma-

«Parece claro lo de Madrid, hubo una directriz, la Consejería, pero en Valencia fueron los hospitales los que hicieron los protocolos y en Castilla y León también lo dijeron», comenta.

Mientras tanto los políticos se lanzan acusaciones de un lado a otro para ver quién es el responsable de cómo se actuó en las residencias y CEAPs, se lamenta del rifirrafe.

Los populares han vuelto a acusar a Pablo Iglesias de eludir su responsabilidad sobre las residencias de mayores al culpar a la Comunidad de Madrid de lo ocurrido en estos centros, aunque el vicepresidente segundo del Gobierno niega que la gestión dependiera de su departamento durante la pandemia del coronavirus.

Al vicepresidente de CEAPs le da «mucha pena» porque en vez de buscar soluciones y hacer un análisis riguroso de lo ocurrido ante un posible rebrote, se esté buscando el cartel de «culpable».

«Hemos entrado en una batalla política en la que no hay la mínima intención de saber qué ha ocurrido y cuales son las medidas necesarias ante un rebrote. Me parece deplorable», ha concluido.