El líder del PP, Pablo Casado (c), junto al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida , nuevo portavoz nacional y la nueva portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra (2i) momentos antes de presidir en Madrid la reunión de la Junta Directiva, de manera telemática, para ratificar la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz parlamentaria y otros cambios en la dirección, además de establecer las directrices para el nuevo curso político. | Efe

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El líder del PP, Pablo Casado, ha asegurado este jueves que su partido no tiene por qué recibir «carnés de moderación» cuando ha sido centrista desde su creación y ha apelado a presentar ante los españoles un PP «preparado, fuerte y unido» en el nuevo curso político.

Ante la Junta Directiva Nacional, que ha ratificado los nuevos cargos en la directiva del partido con la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz parlamentaria, ha insistido en que no hay que caer en las «trampas» de la izquierda entre «sumisión y agresividad», porque sería «un error».

Casado ha advertido que el PP no puede contribuir a la gobernabilidad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque es su alternativa y no «un mero recambio de Podemos» ni una «muleta sustitutoria», y ha añadido que nadie de la dirección aspira a ser ministro de Sánchez «sino a derrotarle en las urnas y gobernar».

En un discurso cargado de respuestas más o menos veladas a los reproches que lanzó Álvarez de Toledo en su comparecencia de despedida el pasado lunes, ha instado a comprometerse con el partido porque «hace falta defender como nunca» el «cuaderno de bitácora» del PP, que sigue siendo el mismo que él planteó cuando se presentó para presidir el partido hace dos años.

«El PP no tiene vocación de minoría indomable, sino de mayoría imbatible», ha afirmado Casado, quien ha añadido que van a encontrar a su partido en las plazas y «no en la trinchera estrecha», porque los populares «no cultivan ideas para autoconsumo, sino para toda España».

Y ha finalizado lanzando una advertencia a quien quiere «invocar la libertad de uno mismo», en lo que ha parecido una referencia a Álvarez de Toledo, porque la renuncia que implica la política de partido «no es debilidad de carácter, ni sumisión, ni falta de sinceridad, sino nobleza».