Según fuentes del movimiento okupa, que ha denunciado la acción en su cuenta de Twitter y ha pedido apoyo de los vecinos del barrio de Vallvidrera y simpatizantes, ante la resistencia de varias decenas de personas en el interior del edificio y una concentración de más de doscientas en el exterior, los agentes han optado finalmente por retirarse del lugar.
También a través de su cuenta de Twitter, el concejal de Derechos de Ciudadanía y Participación Marc Serra ha criticado el intento de desalojo, que ha considerado «absurdo porque el edificio será expropiado por el Ayuntamiento de Barcelona y la propiedad no tiene ningún proyecto para él».
Para Marc Serra, se trata de «un desalojo cruel que pone en riesgo la función social del proyecto actual», por lo que ha exigido al Departamento de Interior que lo detenga».
«No tiene ningún sentido enviar antidisturbios de madrugada a asaltar un proyecto comunitario de gran valor social», ha añadido el edil, que ha recordado que «es necesario actuar con proporcionalidad y agotar cualquier alternativa para preservar la Casa Buenos Aires», una antigua residencia de ancianos propiedad de la congregación de San Vicente de Paúl.
En su perfil de Twitter, los ocupantes del edificio aseguran que han «recuperado este histórico edificio modernista para mantenerlo como patrimonio comunitario» porque «la Iglesia quería derribarlo para hacer un hotel».
En otro mensaje dirigido a los Mossos, los okupas afirman: «Dijimos que no nos marcharíamos y os habéis encontrado un barrio organizado. ¡Fuera la Brimo de nuestros barrios!».
Por su parte, un portavoz de los Mossos ha confirmado que el desalojo ha sido finalmente suspendido para este jueves, y ha recordado que la Policía de la Generalitat siempre actúa en estos casos bajo mandato judicial.
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