Los perros han logrado, de 18 intentos, detectar sin error todas las muestras aleatorias de covid. | LUCY NICHOLSON

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El Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería ha acogido una prueba «doble ciego» en el que unos perros han logrado, de 18 intentos, detectar sin error todas las muestras aleatorias de covid que habían sido anonimizadas entre un total de seis (cinco de ellas negativas).

El estudio, efectuado por la spin-off Docrim de la Universidad de Granada (UGR) junto con la empresa de seguridad Opcon y la colaboración del hospital almeriense, que ha proporcionado las muestras para los trabajos de laboratorio, avanza hacia su segunda fase con la intención de presentar resultados finales el próximo 18 de diciembre y empezar a trabajar en «escenarios reales».

Así, según ha trasladado la entidad universitaria en una nota, las pruebas en laboratorio se comenzaron a realizar desde finales de septiembre. En esta primera fase, han participado unos 64 voluntarios además de las diferentes muestras anonimizadas de covid para el adiestramiento y la comprobación material de la detección con diversidad racial, en rangos de edad y en sexo. Estas muestras han sido utilizadas para el adiestramiento inicial de los perros.

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Los investigadores estiman que la aplicación de esta técnica permitirá hacer cribados de hasta 250 personas a la hora por cada can adiestrado. Así, para la segunda fase se va a adiestrar a cuatro ejemplares rastreadores más con vistas a que puedan ser empleados en aeropuertos o en espectáculos públicos como una forma «económica y no invasiva» de detectar casos asintomáticos de forma previa a una PCR.

La realización de este estudio tiene como objetivo identificar a través del olfato de los canes a las personas contagiadas por la COVID-19 desde el mismo momento que contraen el virus, incluso antes de empezar con los síntomas. La principal herramienta es el sentido olfativo de los canes que se viene exponiendo a diferentes muestras de sudor axilar de pacientes infectados reunidas en cilindros de gasa que se han frotado previamente.

El proyecto parte de la premisa de que los perros tienen una impresionante agudeza olfativa para detectar personas con enfermedades infecciosas y no infecciosas, con tasas de sensibilidad y especificidad del 85-90 por ciento, de tal modo que un olor específico de patógenos que pueden detectar los perros puede estar compuesto por patrones concretos de compuestos orgánicos volátiles (COV).